jueves, julio 03, 2008

Voy a la Iglesia, no a la playa

Por el Padre José E. Hoyos
Arlington Catholic Herald
3 de julio de 2008

Hemos comenzado con alegría el verano, un tiempo de vacaciones escolares donde los hijos pueden dormir hasta tarde, tienen la oportunidad de asistir a las clases bíblicas, a los campamentos de verano, de viajar y de visitar a sus familiares y amigos.

Igualmente también estas vacaciones se convierten en dolor de cabeza para los padres de familia donde algunos no saben que hacer con el tiempo libre de sus hijos. Desde ahora hay que tener mucho cuidado con el Internet, la televisión o las malas compañías. Hay que estar alertos; cada familia católica debe tomar consciencia, compromiso y prioridades bien importantes para disfrutar este verano.

Entonces si tomamos consciencia, nuestra prioridad en cada familia debe ser la oración, la lectura de las Sagradas Escrituras, la vida de los Santos, y el ver en familia videos que nos enseñen valores y no videos de violencia, de guerra y mucho menos con escenas pornográficas. Una consciencia despierta nos une a Dios y así, con sabiduría, no tenemos de prioritario lo que es secundario o dañino.

Basta examinar en este tiempo de esparcimiento y de descanso la propia vida para percibir que todos los males nacen de andar en la inconsciencia. Y por eso lo mejor que podemos elegir es un estilo de vida con estas prioridades:

  • lo espiritual antes que lo material
  • lo interior antes que lo exterior
  • el dar antes que el recibir
  • la familia y los amigos antes que el trabajo
  • las personas antes que las cosas.

Dándole prioridad e importancia a la vida espiritual, sería necesario que al asistir cada domingo a la Sagrada Eucaristía observáramos las siguientes normas y las pusiéramos en práctica al participar del encuentro personal en cada misa:

  • En mi lista de prioridades debo cumplir con Dios, asistiendo y participando con entusiasmo en la Eucaristía;

  • No olvidar que no voy para la playa, voy a un lugar santo;

  • Vestir correctamente, sin escotes, ni pantalones cortos, ni ropa transparente, ni sandalias;

  • Mi boca debe ir limpia, no debo entrar a la Iglesia masticando chicle o goma de mascar, pues debo recordar que pronto voy a recibir el cuerpo de Cristo;

  • Al asistir a la misa debo cuidar de mis hijos pequeños, que no juegen ni corran en a Iglesia. Si lloran y están adentro de la Iglesia, sacarlos por unos instantes o llevarlos al lugar de los niños donde podrán continuar escuchando la misa;

  • Para los jóvenes es importante que estén atentos. No deben hablar durante la ceremonia, ni mucho menos reírse o evitar comentarios sobre los demás;

  • Al recibir la Sagrada Comunión debemos evitar tener las manos en los bolsillos, nuestras manos deben ir reverentes o en posición de oración;

  • Antes de que el sacerdote termine de repartir la comunión, debemos quedarnos de rodillas hasta que el celebrante principal se siente. Entonces nos sentamos;

  • Debemos llegar a tiempo a la Iglesia para prepararnos espiritualmente. Cuando termine la misa, espera unos 5 a 10 minutos para tener unos momentos de oración ante el Santísimo;

  • No usar los teléfonos celulares durante la misa, no mandar mensajes de texto o jugar juegos en los celulares. Los celulares se deben de apagar antes de entrar a la Iglesia.
Finalmente, en cada verano déle prioridad a Dios. La playa puede esperar. No olvide que la semana tiene 7 días y el día 24 horas; dedíquele tiempo a Dios. Recuerde hay que corregir a los hijos cuando se portan mal en la Iglesia. La corrección debe ser prudente, acompañada de buenas palabras, que proceda no de la ira, sino del verdadero amor. Nuestro ejemplo personal es la verdadera enseñanza.

No hay comentarios.: