Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Uno de mis grandes interrogantes como sacerdote Catolico es acerca de ¿cómo la Iglesia le estamos respondiendo hoy en día a la juventud? El trabajo para realizar una pastoral efectiva hacia los jóvenes es de todos: la familia, la escuela, la sociedad uy el gobierno. Pues se nos olvido que si no regresamos a la enseñanza de los valores estamos sembrando sobre roca.
Le juventud, con su vitalidad, energía, entusiasmo y grandes ideales solidarios y fraternales tienen el potencial de trasformar la Iglesia en una comunidad profética y misionera. Cuando menciono miopía pastoral juvenil estoy hablando del servicio que damos solo a los jóvenes que van al templo. No podemos ser tan miopes que solo veamos a los jóvenes que viene a Misa los domingos y nos resignemos a predicarles solo a ellos. Para continuar la misión de Cristo hay que pasar de ser una Iglesia que espera y responde a ser una Iglesia que camina y sale al encuentro de la comunidad.
Viviendo cristianamente hoy, la juventud puede construir un mañana en el cual reinen los valores evangélicos. Para realizar ese futuro, la juventud necesita ser parte de una comunidad eclesial viva y participar en sus celebraciones. El discipulado de Jesús requiere una vida evangélica, antes, durante y después de participar en los sacramentos.
El registro de los miembros y las colectas toman gran importancia, la gente se comunica a través de boletines y las computadoras llegan a ser más importantes que las relaciones humanas. Como pueblo de Dios en marcha, la Iglesia actualiza su espíritu misiones con horizontes amplios, saliendo a compartir la buena noticia con personas marginadas, alienadas o que no son parte de la Iglesia.
La juventud debe hacer una clara opción preferencial por los mas pobres y marginados de la sociedad. Deben los jóvenes interesarse por las personas enfermas, incapacitadas, pobres y hambrientas, inmigrantes y refugiados; prisioneros, por los desempleados, personas que viven solas, niños abandonados, victimas de la guerra y violencia. Uno de mis sueños es ver un estadio o gimnasio lleno de jóvenes siendo parte de una gran jornada evangelizadora y solidaria por Cristo con Cristo y en defensa de los mas necesitados.
Fotos: Jóvenes católicos participan en el programa Catholic Heart Work Camp, ayudando a personas necesitadas en San Antonio, Texas y en Sanford, Florida.
jueves, junio 03, 2010
miércoles, junio 02, 2010
Felicidades Graduados Camino Al Exito
Por el Rev. José Eugenio Hoyos
En el día de ayer tuve la oportunidad de asistir a la graduación de mi sobrino Francis Emanuel Hoyos de la escuela secundaria Winston Churchill en Potomac, Maryland. Fue una ceremonia que se llevo a cabo en las impresionantes instalaciones del Constitution Hall en Washington D.C.
Lo que mas me llamó la atención fue la cantidad de graduandos cerca de 500 jóvenes que con orgullo llevaban sus vestimentas de color azul y blanco correspondiente a su colegio. La organización perfecta, mucho orden y respeto en la ceremonia, la orquesta sinfónica del colegio Winston Churchill muy profesional tanto con el himno nacional de los Estados Unidos como las melodías clásicas que acompañaron a toda la ceremonia.
El invitado de honor en esta ocasión fue David B. Falk, quien trabaja con NBA representando a Michael Jordan, Patrick Ewing, Danny Ferry, Magic Johnson y dentro de sus palabras contó la historia de su propia vida como el en su vida profesional empezó de cero hasta llegar a ser multimillonario, y le decía a los graduados: “Ustedes pueden llegar muy lejos y triunfar en el campo que se han trazado si trabajan fuerte, con honestidad y no se desanimen cuando tengan fracasos. Pero la verdadera felicidad no la van a encontrar en el dinero sino en el servicio a los demás”
Me encantaron sus palabras pues en realidad el éxito y el futuro de estos graduandos no es en lo material sino en su enriquecimiento espiritual. Observaba la cantidad de jóvenes y me ponía a reflexionar de cómo será la vida, profesión y futuro en 5 o 10 años que será de ellos. Por lo menos lo que si esta claro es que desde que estos jóvenes comenzaron sus estudios en la escuela de Winston Churchill tienen un gran mentor y modelo a seguir, pues Churchill fue un gran estadista, historiador, escritor, militar, orador y primero ministro británico igualmente recibió el premio Nobel de literatura en 1953. Una de las frases que mas me han impresionando de Churchill: “A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada”. “Con el espíritu sucede lo mismo que con el estomagó: solo puede confiársele aquello que pueda dirigir”.
Felicitaciones a todos los estudiantes que en esta época del año se están graduando.
En el día de ayer tuve la oportunidad de asistir a la graduación de mi sobrino Francis Emanuel Hoyos de la escuela secundaria Winston Churchill en Potomac, Maryland. Fue una ceremonia que se llevo a cabo en las impresionantes instalaciones del Constitution Hall en Washington D.C.
Lo que mas me llamó la atención fue la cantidad de graduandos cerca de 500 jóvenes que con orgullo llevaban sus vestimentas de color azul y blanco correspondiente a su colegio. La organización perfecta, mucho orden y respeto en la ceremonia, la orquesta sinfónica del colegio Winston Churchill muy profesional tanto con el himno nacional de los Estados Unidos como las melodías clásicas que acompañaron a toda la ceremonia.
El invitado de honor en esta ocasión fue David B. Falk, quien trabaja con NBA representando a Michael Jordan, Patrick Ewing, Danny Ferry, Magic Johnson y dentro de sus palabras contó la historia de su propia vida como el en su vida profesional empezó de cero hasta llegar a ser multimillonario, y le decía a los graduados: “Ustedes pueden llegar muy lejos y triunfar en el campo que se han trazado si trabajan fuerte, con honestidad y no se desanimen cuando tengan fracasos. Pero la verdadera felicidad no la van a encontrar en el dinero sino en el servicio a los demás”
Me encantaron sus palabras pues en realidad el éxito y el futuro de estos graduandos no es en lo material sino en su enriquecimiento espiritual. Observaba la cantidad de jóvenes y me ponía a reflexionar de cómo será la vida, profesión y futuro en 5 o 10 años que será de ellos. Por lo menos lo que si esta claro es que desde que estos jóvenes comenzaron sus estudios en la escuela de Winston Churchill tienen un gran mentor y modelo a seguir, pues Churchill fue un gran estadista, historiador, escritor, militar, orador y primero ministro británico igualmente recibió el premio Nobel de literatura en 1953. Una de las frases que mas me han impresionando de Churchill: “A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una dieta equilibrada”. “Con el espíritu sucede lo mismo que con el estomagó: solo puede confiársele aquello que pueda dirigir”.
Felicitaciones a todos los estudiantes que en esta época del año se están graduando.
martes, junio 01, 2010
Es fácil encontrar defectos
Por el Rev. José Eugenio Hoyos
En nuestra sociedad el ser humano es un gran observador, un analítico natural y de igual manera nos encanta criticar y ver los defectos en los demás. En nuestras escuelas y sobre todo nuestros padres olvidaron enseñarnos a ver siempre lo positivo en la otra persona. Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notifico que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacia demasiado ruido! Y además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo acepto su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo acepto también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás y la lija estuvo de acuerdo a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inicio su trabajo.
Utilizo el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedo nuevamente sola, la asamblea reanudo la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabajó con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad e nuestros puntos buenos”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos. Ocurre lo mismo con los seres humanos cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se siente tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.
Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos. Hay que valorar y darle crédito a cada persona pues Dios a cada ser humano lo iluminó con grandes dones y talentos. Por eso el trabajo en equipo es solo para los ganadores. No busquemos defectos sino riquezas en los corazones de las personas.
En nuestra sociedad el ser humano es un gran observador, un analítico natural y de igual manera nos encanta criticar y ver los defectos en los demás. En nuestras escuelas y sobre todo nuestros padres olvidaron enseñarnos a ver siempre lo positivo en la otra persona. Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notifico que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacia demasiado ruido! Y además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo acepto su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo acepto también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás y la lija estuvo de acuerdo a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inicio su trabajo.
Utilizo el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un lindo mueble. Cuando la carpintería quedo nuevamente sola, la asamblea reanudo la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: “Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabajó con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad e nuestros puntos buenos”.
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos. Ocurre lo mismo con los seres humanos cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los demás, la situación se siente tensa y negativa. En cambio, al tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás, es cuando florecen los mejores logros humanos.
Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos. Hay que valorar y darle crédito a cada persona pues Dios a cada ser humano lo iluminó con grandes dones y talentos. Por eso el trabajo en equipo es solo para los ganadores. No busquemos defectos sino riquezas en los corazones de las personas.
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