Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Uno de mis grandes interrogantes como sacerdote Catolico es acerca de ¿cómo la Iglesia le estamos respondiendo hoy en día a la juventud? El trabajo para realizar una pastoral efectiva hacia los jóvenes es de todos: la familia, la escuela, la sociedad uy el gobierno. Pues se nos olvido que si no regresamos a la enseñanza de los valores estamos sembrando sobre roca.
Le juventud, con su vitalidad, energía, entusiasmo y grandes ideales solidarios y fraternales tienen el potencial de trasformar la Iglesia en una comunidad profética y misionera. Cuando menciono miopía pastoral juvenil estoy hablando del servicio que damos solo a los jóvenes que van al templo. No podemos ser tan miopes que solo veamos a los jóvenes que viene a Misa los domingos y nos resignemos a predicarles solo a ellos. Para continuar la misión de Cristo hay que pasar de ser una Iglesia que espera y responde a ser una Iglesia que camina y sale al encuentro de la comunidad.
Viviendo cristianamente hoy, la juventud puede construir un mañana en el cual reinen los valores evangélicos. Para realizar ese futuro, la juventud necesita ser parte de una comunidad eclesial viva y participar en sus celebraciones. El discipulado de Jesús requiere una vida evangélica, antes, durante y después de participar en los sacramentos.
El registro de los miembros y las colectas toman gran importancia, la gente se comunica a través de boletines y las computadoras llegan a ser más importantes que las relaciones humanas. Como pueblo de Dios en marcha, la Iglesia actualiza su espíritu misiones con horizontes amplios, saliendo a compartir la buena noticia con personas marginadas, alienadas o que no son parte de la Iglesia.
La juventud debe hacer una clara opción preferencial por los mas pobres y marginados de la sociedad. Deben los jóvenes interesarse por las personas enfermas, incapacitadas, pobres y hambrientas, inmigrantes y refugiados; prisioneros, por los desempleados, personas que viven solas, niños abandonados, victimas de la guerra y violencia. Uno de mis sueños es ver un estadio o gimnasio lleno de jóvenes siendo parte de una gran jornada evangelizadora y solidaria por Cristo con Cristo y en defensa de los mas necesitados.
Fotos: Jóvenes católicos participan en el programa Catholic Heart Work Camp, ayudando a personas necesitadas en San Antonio, Texas y en Sanford, Florida.
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