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Washington Hispanic
11 de julio de 2008
El mundo de hoy y Colombia entera seguimos celebrando con entusiasmo, alegría y oraciones en acción de gracias por la liberación de Ingrid Betancourt, los tres estadounidenses y el resto de colombianos, rescatados por las fuerzas militares y el gobierno de Colombia. Como dirían muchos amigos después de ganar el equipo favorito de fútbol en el mundial, ¿y cómo le quedó el ojo amigo? Y no es que con esta ganancia parcial nos contentemos; hay que continuar luchando, trabajando y apoyando todos los procesos de paz; dialogar acuerdos humanitarios sí, pero sin despeje. El único despeje tiene que ser el de los helicópteros trayendo a la libertad a todos los secuestrados que todavía se encuentran detenidos en las selvas colombianas.
Hemos vivido una gran película con personajes reales y desenlaces positivos y placenteros. Así quisiéramos que todas las películas tuvieran un final feliz, con lágrimas pero de alegría.
Por fin ANNCOL reconoció que les arrebataron a 15 personalidades de gran valor que utilizaban como mercancía para negociar, manipular y exigir. Para los que no saben qué es ANNCOL, es la Agencia de Noticias Nueva Colombia, una agencia clandestina y subversiva de noticias, compuestas de periodistas influenciados por las FARC en Europa y Latinoamérica.
Claro que ya de Nueva Colombia no tienen nada nuevo, ni bueno que informar. Pues la buena nueva y la Nueva Colombia es la debilitación de la moribunda guerrilla terrorista de las FARC. No cabe duda que perdieron su rumbo de “idealistas y revolucionarios”, pasaron directamente a la categoría de “criminales y terroristas”, “desalmados y corruptos”. La narcoguerrilla FARC tiene ahora que aceptar que lo que ahora están viviendo se ha desinflado y su protagonismo actual se ha convertido en un verdadero circo.
Poco a poco, desde que empezaron las protestas y las manifestaciones a favor de la paz y la libertad para los secuestrados, ha sido el mismo pueblo, cansado de tanto acoso, masacres y terror, el que ha ido quitando las máscaras y los disfraces a los títeres y payasos que todavía creen en las fuerzas de las moribundas filas insurgentes de las FARC.
Eran las mismas máscaras de esos payasos que antes de salir en la arena del terror y el miedo, se están convirtiendo en payasos descoloridos que ya a nadie hacen reír. Todo lo contrario, poco a poco los payasos terroristas tienen que entender que el show y las cortinas del circo se empiezan cerrar, pues la función se está terminando.
No olvides, acompáñanos en la marcha por la paz el 20 de julio.
Para mas información sobre la mobilización internacional del 20 de julio por la paz en Colombia, ver el sitio Web de Colombia Soy Yo o Un Millón de Voces Contra las FARC. En Washington, vamos a reunirnos en Lafayette Park frente a la Casa Blanca a las 12 p.m. (Metro: Farragut West o McPherson Square)