Por el Padre José E. Hoyos
Arlington Catholic Herald
10 de julio de 2008
Dios dentro de su plan de creación y amor a la humanidad nos ha regalado no solo el poder de la oración para sanar sino también los alimentos con poder para curar. Cada vegetal al igual que las plantas medicinales, contienen sustancias inyectadas por las manos divinas de Dios para que produzcan acciones farmacológicas similares a los de cualquier medicamento pues además de curar previenen y corrigen la tendencia a enfermar.
Si el ser humano ha sido creado por una inteligencia superior, de acuerdo a un plan y con un propósito, debería haber también unos alimentos especialmente creados para su buen funcionamiento fisiológico. Muchas personas de fe y oración encuentran la respuesta a estos interrogantes en los primeros capítulos del Génesis, donde se dice que las hierbas que dan semillas, es decir, los cereales y en sentido amplio también las legumbres, los frutos de los árboles, y las verduras y hortalizas que se añadieron después, constituyen la dieta idónea para la especie humana.
La oración y los alimentos van de la mano, es por eso que antes de consumir los alimentos es poderoso orar y darle gracias a Dios, por este gran regalo digestivo. Todos los alimentos son importantes y necesarios pero hay de todo y hay que saber comerlos con sabiduría. Se dice en el cuarto libro de Moisés, el de números, que cuando los israelitas andaban errantes por el desierto del Sinaí, se acordaban de los alimentos que comían en Egipto y se citan específicamente las cebollas, los ajos y los puerros.
Cabe pensar pues, que las cebollas con otros vegetales, ocuparon un lugar importante en la dieta de los esclavos constructores de las pirámides, hace ahora más de 3500 años. Así que aquel pueblo de esclavos debió añorar las cebollas, sobre todo por sus propiedades medicinales: ¡cuantos de ellos debieron de enfermar de bronquitis o neumonía mientras pisaban el frío lodo con el que fabricaron los ladrillos de adobe! Posiblemente encontraron un alimento/medicina que les ayudo a prevenir y curar las afecciones respiratorias, además de otorgarles vigor y salud. En nuestros días, la cebolla continúa siendo uno de los alimentos con mayor poder curativo.
El arroz llamado "El Pan de Asia" es bueno para las diarreas y la hipertensión. La haba es la leguminosa más antigua del mundo es nutritiva y rica en hierro. El banano, después de la manzana es la fruta más consumida en todo el mundo, y muy rica en potasio.
Los antiguos Romanos tenían la costumbre de comer lechuga por la noche para favorecer el sueño después de una copiosa cena. Actualmente se recomienda comer lechuga por la noche a los estresados o aquellos que sufren de insomnio. La avena equilibra los nervios y baja el colesterol. Cada año se producen en el mundo 40 millones de toneladas de manzanas, lo que les hace ocupar el cuarto lugar en la producción mundial de frutas, tras la uva, la naranja y el plátano. La manzana ostenta el titulo de "Reina de las Frutas." Es buena para la diarrea y el estreñimiento. Tras la papa o patata, el tomate es la planta de la familia de las solanáceas mas extendida y cultivada en todo el mundo, además protege la próstata.
Casi cuatro mil años después de José, el hijo de Jacob, alimentara al pueblo egipcio gracias a sus reservas de grano, el trigo sigue proporcionado mas cantidad de alimentos y mas gente, que ningún otro producto. En todo el mundo es considerado "El Rey de los Cereales."
En el próximo artículo estaremos dando los alimentos para prevenir el cáncer, por ahora empecemos con una buena dieta alimenticia y mucha oración y así viviremos por muchos años como Matuzalen.
Foto: Icono decorado con frutas y legumbres para la fiesta de la Transfiguración en una iglesia Ortodoxa en Rusia.
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