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Y lo que nos faltaba ahora en un mundo que se está disparando en cometarios irresponsables es asegurar de que el nuevo Presidente de los Estado Unidos es el Anticristo. ¡Por favor señores(as)! Ya estamos llegando muy lejos. Algunos lo afirman primero porque el día de su elección en la tierra de Obama, Illinois la lotería estatal termino en 666. Igual porque en las palabras de posesión de mando se equivocó por 6 letras.
Hace varios años al mundo entero los grandes charlatanes y los periódicos amarillistas proclamaban que el anticristo era Stalin, Hitler, Sai Baba, Juan Pablo II, Gorbachev, Bush, el Presidente Chávez de Venezuela etc. Según las explicaciones erróneas de porque Obama es el anticristo los que defienden esta teoría dicen que en las profecías de Nostradamus el Anticristo será hombre que vendrá en el nombre de la paz, será gobernante del mundo. Todos nos damos cuanta de quien ostenta la presidencia del país mas poderos del mundo es quien técnicamente tiene el poder del mundo. Así quedo demostrado en la segunda guerra de Irak, aun cuando las Naciones Unidas se opusieron, sin embargo la guerra se realizó de todas formas.
Ni Obama, ni Bush, ni Chávez, ni ningún Papa son el Anticristo. En cada persona alejada de Dios existe un Anticristo que tienen que sacar, para nacer de nuevo. Los Anticristos son los que no respetan la vida, los que no creen en Dios. Es hora de cambiar nuestros miedos y de hablar de un nuevo lenguaje en este mundo de la globalización. Los Anticristos dejarán de existir cuando nos preocupemos más de cambiar al mundo a través de nuestras buenas obras, con las obras de la misericordia, compartiendo el pan con los hambrientos, buscando nuevas fuentes de trabajo, no contaminando el medio ambiente, convirtiendo las Sagradas Escrituras en fuentes de sabiduría y sanación.
No perdamos el tiempo preocupándonos en la venida del Anticristo, más bien preparemos nuestro tiempo y démosle energía a la oración para la venida del Cristo Salvador. Ya no estamos en el tiempo de la historias de duendes y hadas, sino en el tiempo de la preparación Mesiánica, que el Espíritu Santo nos ilumine y nos indique el verdadero camino de la salvación. Si creemos en Cristo como Señor y Salvador no tenemos nada que temer, pues estamos ¡Bendecidos y Encendidos!