Misa en apoyo a las familias inmigrantes (Parte III)
Nuestra creencia católica es una fuente característica de
la Iglesia y la vocación a la que esta debe responder a la historia. La
presencia de los inmigrantes desde los comienzos de la historia de los Estados
Unidos ofrece a la Iglesia una oportunidad y ha de ser vista como una gracia
que nos ayuda a hacer realidad esa vocación de ser signo, factor y modelo de catolicidad
para este mundo tan exigente. Como dice la encíclica “Redemptoris Missio”:
“Considerados como de ‘misión’ ha abierto un nuevo ámbito de la ‘misión ad
gentes’ además de los territoriales y culturales” (Página 5).
Al participar de esta Eucaristía y luego marcha por los inmigrantes, estaremos construyendo una cultura de complementariedad, de reprocidad, de solidaridad, es el paradigma civilizacional que proclamamos a través de una educación hacia una nueva cultura migratoria, de aceptación y convivencia, que haga de sus partícipes verdaderos protagonistas. No solo de salir a protestar, sino de ser parte activa de un proceso histórico, construyendo una nueva identidad más solidaria, cargada de fe y esperanza, basados en el Evangelio de Cristo. A nuestras nuevas generaciones de inmigrantes hay que enseñarles saber de dónde venimos, de reconocer cuales son nuestra raíces históricas, cual es nuestra fe y creencias, de darnos los espacios y los tiempos para conocernos y reconocernos. Estamos llamados a construir una nueva sociedad. Sin perder los valores de unidad familiar de tradición y fe católica.
Llegó el tiempo de una reforma migratoria.
Dios los bendiga. AMEN