Hay muchos puntos de vista sobre la celebración de la fiesta de Halloween, o la mal llamada “Fiesta de la brujas” o la “fiesta de los niños y los dulces”, “fiesta de máscaras” etc. Desafortunadamente detrás de esta celebración hay fuerzas oscuras que tienen otros motivos no cristianos para inducir a nuestra infancia y juventud a las creencias de seres satánicos, supersticiones, adivinos, hechicerías etc.
Personalmente creo que es una fiesta pagana donde el consumismo es quien aprovecha para sacer las mejores ganancias económicas y algunos grupos anti-cristianos promueven ideas diferentes y supersticiosas que van en contra de nuestras creencias cristianas. Una diversión, fiestas o borracheras en torno al Halloween no me parecen sanas ni adecuadas para los creyentes. Es como si estuviéramos poseídos, bailando alrededor del enemigo (satanás), vestidos de trajes vulgares y máscaras horrorosas, dándole oportunidad al Rey de las tinieblas para que entre en nuestros corazones.
Los niños se asustan al ver las máscaras grotescas porque ven en ellos espíritus negativos y fuerzas oscuras. Si ustedes padres de familia quieren regalar dulces o frutas regálenlas en el nombre de Cristo Jesús. Ya que Cristo es signo de luz, de abundancia, de amor y de esperanza. Sería una gran oportunidad para que en la fiesta de Halloween vistiéramos a los niños de ángeles, santos y todo tipo de animalitos etc. Sería una forma espectacular de reevangelización cristiana “y no participéis en las obras de las tinieblas, sino más bien reprendedla” (Efesios 5:11).
No permitas que nadie te aplaste, o derrumbe, la grandeza que Dios ha puesto en ti. No le des cabida en tu corazón a palabras mentirosas que te quieren lanzar contra la pared de la derrota. En vez de ponerse en su cara máscaras de la mentira. Póngase la cara de Cristo: que es bondad, amor, verdad y vida.