jueves, febrero 06, 2014

¿Carismáticos, carismático o locos por Cristo?

Por el Rev. José E. Hoyos

Estando predicando en Merced, California, y en medio de una de mis reflexiones pedí una canción para avivar a la audiencia y me sorprendió la alabanza: “Los locos de la ciudad”. Esta melodía definitivamente alboroto y puso a bailar a todos los asistentes; y su letra era lo más sencillo pero cargada de muchas verdades.
Primero porque se está tratando de rescatar la identidad Carismatica en todos los grupos de oración, en los eventos o retiros pues esta es la mejor oportunidad para que los carismáticos no tengamos miedo ni temores de salir a evangelizar como nos está pidiendo el Papa Francisco.

 

Y la canción decía: “la gente dice que somos los locos de la ciudad,  porque andamos por la vida predicando la verdad, pero que importa que digan que somos locos perdidos, si Jesucristo nos quiere para ser sus elegidos. El mundo es un manicomio y Jesus es el doctor, Él nos da la medicina para el bien del pecador. María la humilde esclava al Señor obedeció y nosotros la imitamos con amor y gran fervor. La vida que yo llevaba mi Jesús me la cambio y con su Sangre Preciosa mis pecados perdono”.
Y así es el movimiento  de la Renovación Católica Carismática está trayendo muchas conversiones, católicos más comprometidos sobre todo con la frecuencia de los sacramentos y con la defensa de la doctrina católica. Hace unos meses una periodista en Federal, Argentina me preguntaba: “Padre Hoyos, ¿Por qué usted es un predicador y sacerdote carismático?” y yo le respondí, “porque siendo sacerdote dentro de la Renovación Carismática pude encontrar un significado más fuerte del compromiso misionero de Cristo, y pude descubrir el carisma de la sanación y de la liberación en un Cristo vivo. Y además me encanta ser un fiel adorador Eucarístico. ¿Por eso también estoy loco, pero por Cristo? 

La Eucaristía: Fruto de amor

Por el Padre JOSÉ E. HOYOS | Para el Catholic Herald




Una vez más como Director del Apostolado Hispano de la Diócesis de Arlington, invito a la comunidad Hispana Católica a ser frecuentes en la participación de la Santa Eucaristía y llegar unos minutos antes de la Misa y en silencio prepararnos para participar de una forma profunda y con gran devoción a este momento tan importante de nuestra vida espiritual.
Un católico ausente de la Eucaristía estará siempre débil cuando no recibe a Jesús Eucaristía. Igualmente recomiendo durante la semana pasar unos minutos ante el Santísimo Sacramento para llenarnos de fuerza y continuar con grandes bendiciones en nuestro diario vivir.

 

La historia de la salvación ha sido pensada por el Padre y culmina con el Hijo, “Pan de Vida Eterna”.
Dice San Pablo que: “Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo consigo” (2 Cor 5, 19). El hijo de Dios nos incorpora a si mismo por el Bautismo y la Comunión para bendecir, alabar y agradecer al Padre (Eucaristía) y reconciliarnos con Él (sacrificio de expiación).
Es el Espíritu Santo quien hace efectiva la presencia de Cristo en la Eucaristía como don del Padre. Según San Pablo fue el Espíritu quien resucitó a Jesús dentro los muertos” (Gal 1,1; Heb 13,20) dando vida a su carne mortal y haciéndola así también “vivificadora” (Rom 8,11) por eso en la oración de consagración el celebrante convoca al padre diciendo “Santifica estos dones con la fuerza de tu Espíritu, de manera que sea para nosotros cuerpo y sangre de Jesucristo nuestro Señor”.
Padre e hijo enviaron su espíritu en los corazones para que digan “Abba, padre” los introduzca en el conocimiento pleno y los enriquezca con sus dones, carismas y ministerios, virtudes y frutos de vida divina, las tres personas unidas en un solo amor, en una sola oración salvadora hacen de la Eucaristía la fuente y cumbre de la vida cristiana por eso todos los nuevos bautizados católicos debemos promover con nuestro propio testimonio la Eucaristía en este tiempo de la nueva evangelización.
La Eucaristía es comunión, no solo con el hijo a quien recibimos en la Eucaristía sino también con el Padre y el Espíritu Santo con quien el Hijo hace una sola cosa, una sola divinidad. Definitivamente el sacramento de la Eucaristía tiene un extraordinario poder de sanación.

miércoles, febrero 05, 2014

Hasta los musulmanes asistieron a la Misa de Sanación en Alexandria, Virginia.

Por Fidel Hurtado-Zapata.


Afortunadamente en la misa de Sanación celebrada recientemente en la Parroquia del Buen Pastor en Alexandria, Virginia se dieron muchas cosas que hay que contar para la gloria y la honra de nuestro señor Jesucristo quien es realmente el medico de médicos. Se dieron testimonios, Sanaciones y está ha sido una de las misas carismáticas celebradas por el padre José Eugenio Hoyos donde  hemos visto más cantidad de personas atendiendo al llamado de Cristo.
Si y de verdad cosas emocionantes pasaron; testimonios que invitaban a la conversión, a la oración y a sentirnos orgullosos de ser auténticos Católicos.

Uno de los momentos más conmovedores que impresionó a los feligreses fue cuando una pareja de musulmanes se acercó al Padre Hoyos para pedirle que orara por ellos, no importó el idioma, pues para ellos no importaba su creencia, sino que Cristo a través de la Oración les pudiera conceder el milagro de ser padres, pues por mucho tiempo habían intentado tener un hijo y no habían podido, pero gracias a uno de los vecinos conocedor de las misas de sanación con el Padre Jose Eugenio Hoyos les había aconsejado que asistieran, lo más impresionante fue ver como después de la oración entre llantos se abrazaron y se arrodillaron dando gracias a Dios.


 En realidad lo más importante es tener Fe y creer en el poder de Dios... ¡Dios Sana a todos!
Pudimos observar también el episodio de la hemorroisa al ver que una mujer dentro del público le toco el manto a Cristo. En este caso la casulla del Padre Hoyos demostrando su gran Fe y la necesidad urgente de ser Sanada.


 La invitación que te quiere hacer Jesús en cada misa de Sanación, es para que abras ese corazón, es para que abras ese corazón adolorido, levantes tu cabeza y recibas la Sanación poderosa de parte de las mismas manos de Cristo. Que nos ha estado esperando por mucho tiempo. En Jesús hay abundancia de Sanación para todos!

martes, febrero 04, 2014

Hubo Sanaciones y liberaciones para todos los Creyentes.

Por Fidel Hurtado-Zapata.

La asistencia masiva no es solo por la convocatoria de la Renovación Carismática o porque la gente asista a la Eucaristía  por el Padre Hoyos, sino porque es el mismo Cristo que ayer, hoy y siempre sigue atrayendo a las multitudes para que reciban no solo Sanación corporal sino la Salvación Espiritual.
En la reciente Misa de Sanación celebrada por el Padre José Eugenio Hoyos en la Iglesia del Buen Pastor en Alexandria, Virginia La Eucaristía por los enfermos y los necesitados conmovió a los asistentes por los impresionantes testimonios de Sanación y grandes milagros que la gente sigue recibiendo a través de la Fe y el poder de la Oración.
Pudimos escuchar testimonios de Sanación de cáncer, recuperación de problemas de espalda, testimonio de personas infértiles mostrando sus hijos que son un regalo del amor de Dios, Sanación de ovarios, garganta, migraña, tiroides, tumores, y hasta solución de problemas migratorios.

Dentro de la Homilía el Padre Hoyos hizo la representación Bíblica del milagro de la resurrección del hijo de la vida de Naim que conmovió a los miles de asistentes en donde saco lágrimas hasta de los más duros del corazón.


 De verdad los milagros si existen y siguen dándose porque cristo no ha terminado su Ministerio de Sanación; al final de la Misa de Sanación un grupo de personas se acercaron al padre Hoyos para constatar y dar testimonio el Milagro de una niña de tres años con cáncer cerebral que por su invalidez no podía caminar y ante la sorpresa y la admiración de los asistentes la niña comenzó a caminar para glorificar una vez más que Cristo sana, libera y está vivo.

Por eso constatamos una vez más que la compasión, la Oración y la acción van de la mano de Cristo.

lunes, febrero 03, 2014

Eucaristía con lluvia de sanaciones, Bendiciones y Liberaciones.

Por Fidel Hurtado-Zapata.

Todos los que asistimos a la primera Misa de Sanación del 2014 en la Iglesia del Buen pastor en Alexandria, Virginia fuimos testigos de la multitud que se congregó y de las maravillosas manifestaciones del Espíritu Santo sobre los miles de creyentes.
El celebrante principal de la Misa por los enfermos fue el Padre José Eugenio Hoyos asesor de la Renovación Católica Carismática de la Diócesis de Arlington, Virginia acompañado de los Sacerdotes Luis Quiñones, Padre Andrés Fernández y los Diáconos Sergio Alvarez y Julián Gutiérrez.

Con un gran orden y un derroche de Fe los cientos de servidores de los Ministerios de Intercesión, Liberación y Sanación desfilaron por la nave central de la Iglesia y con sus manos en alto contagiaban de alegría cantando ¡Poderoso es nuestro Dios, poderoso es el señor! Dentro de la Homilía del Padre Hoyos con sus nuevas dinámicas para unirse a la nueva Evangelización y con el lema “Vayan adelante con el corazón ardiente”. Varios servidores hicieron la representación del Evangelio de la resurrección del hijo de la viuda de Naim que impresionó a todos los asistentes e incluso vimos a muchos hombres tocados por el Espíritu Santo llorar..


El Padre Hoyos en su homilía pidió a los Carismáticos resucitar a una nueva vida más cerca a Dios, continuo diciendo: “sin Fe y si no creemos profundamente en Dios, si en nuestras vidas no hay continuidad y perseverancia en los Sacramentos  y en la Oración entonces no se realizaran milagros, prodigios, sanaciones, ni liberaciones. Tenemos que estar convencidos que él que  verdaderamente tiene poder de Sanación es Cristo.
Debemos anunciar la buena nueva de la salvación a toda persona, con el compromiso firme con Cristo y el Espíritu Santo y con nuestra Iglesia Católica de renovar la Fe.

Hoy los Católicos tenemos las señales que acompañaran a todos los que creen (Mc 16, 17-18) que se manifiestan con carismas y dones en cada Misa de Sanación.


Fue una noche de verdad muy bendecida donde se sintió el poder del Espíritu Santo, el poder de Cristo ¡Gloria a Dios!