He tenido la oportunidad de tratar a miles y miles de personas en el mundo y he sacado la conclusión que todos somos iguales, tenemos los mismo problemas, deseos, diferencias, peleas, aunque tengamos una cultura o hablemos una lengua diferente. Y en realidad hay un factor común; todos hemos sido creados y moldeados por el mismo Dios.

No elegiste nacer, Dios te dio la oportunidad de abrir los ojos en su creación. Es por eso que no debes elegir el aborto, debes ser un agente y multiplicador de la vida. Dios con su infinito amor nos dio la oportunidad de la vida
No elegiste a tus padres, Dios los colocó como un canal para que transitaras hacia la vida humana. Debes aceptar a tus padres tal como son, ellos son tu guía, sostén y fuente de bendición.
No elegiste tu rostro, Dios te dotó de estas características particulares que posees, debes quererte tal como eres, estima tu fisonomía como impecable don de Dios, no te rechaces eres la creatura mas bella del universo.
No elegiste tu lenguaje, Dios te colocó en esa cultura, ofreciéndote las demás como posibilidades, enriquécete aprendiendo de otras lenguas, profesiones, culturas etc.
No elegiste tu género, Dios estableció un plan con tu feminidad o masculinidad. No cambies tu genero natural por otro artificial, recuerda que nuestros cuerpos son el Templo del Espíritu Santo.
No elegiste tus hermanos de sangre, Dios te los entrego como especiales compañeros en el viaje de tu vida. Dios te dio como familia el círculo de oración, o los servidores en los diferentes ministerios de la Iglesia.
No elegiste las más de cinco millones de especies de animales y microorganismos, debes tomar conciencia de la importancia de las especies, animales sobre la tierra, con su misión irreemplazable.
Dios ha puesto grandes maravillas en el universo, la más importante eres tu. Dios te ha elegido ahora elígelo tu como el Rey del universo. Te pregunto: ¿Qué o quien te impide alcanzar o elegir tus objetivos? ¿Qué elige Dios? ¿Qué eliges tú?




San Juan Bosco habla de que: “en todo el mundo aparecerá un sol tan luminoso como no se vio nunca desde las llamas del cenáculo, ni se vera hasta el ultimo de los días”. Los jóvenes deben aprender a vivir y a crecer en la fe, como rezamos en la Santa Misa: “Dios omnipotente y eterno, acrecienta en nosotros la fe, la esperanza y la caridad, y para que podamos obtener aquello que prometes, haz que amemos aquello que nos mandas… le pedimos esta gracia a la Virgen. Démosle una oportunidad a los jóvenes, ellos tienen la palabra cuando un joven se identifica con Cristo. Es un joven bendecido y lleno de Dios que trae con fuego la palabra de Dios para ponerla en acción.

