Con
mi esposo vivimos en Buenos Aires, dos de nuestras hijas viven en Chajarí, y la
hija mayor, que es misionera de la Obra de Don Orione,
hace
cuatro años la destinaron a La Floresta, Uruguay.
Hace
catorce años que soy oncológica, comencé con un cáncer de mama, me vaciaron e
hicieron quimioterapia, y cinco años con Tamoxifeno.
Tuve
metástasis ósea. A los dieciocho meses se despertó un tumor cerebral,
resultando ser un meningioma, fui operada, me afectó el equilibrio,
me
quedaron tres acúfenos y tengo dormidos dedos de la mano y pie izquierdo,
además de vértigos.
A los
cinco años, dos metástasis de pulmón derecho, nuevamente quimioterapia, y tratamiento
con Anatrazol, durante cinco años.
Hace
dos años una histeroscopía con anestesia general: Adenoma
polpoide endrometrial con dilatción quística glandular e hiperplasia
El
año pasado en el mes de marzo, tras un PET, sale que tengo una imagen en el mediastino
y nódulos en el pulmón derecho de hasta 8 mm de
diámetro.
Pensé que era el final y preparé a mis hijas y esposo. Quería que me ayudaran
para prepararme lo mejor posible para lo que fuera.
Neumonólogo,
cirujano de tórax, y oncólogo hicieron una junta y consulta para ver el
tratamiento a seguir, se descartó la quimio y el cirujano creyó
que
era un alto riesgo la operación. Se determinó controlar a ver si esa imagen
crecía y lo harían con con resonancia magnética.
Nuestras
hijas nos pidieron que viajáramos a Chajarí porque llegaba Usted a las tres
Jornada de Fe, Alabanza y Sanación, (octubre 2012).
Al
segundo día viajamos, estuvimos en María Auxiliadora, y en la Rural, allí me
impuso las manos.
Regresando
a Buenos Aires, mi fe y convencimiento que Jesús había obrado una sanación en
mi, a través suyo, lo presentía, esperé que el oncólogo
me
diera la orden para realizarme la resonancia. Habían pasado tres meses.
Sorpresa fue la del profesional cuando no encontró nada en el mediastino
ni en
los pulmones. Conociéndolo a mi médico le dije que estaba segura que estaba
todo bien. Una alegría interior y un mayor compromiso en mis vida,
Hace
catorce años, yo era directora de una escuela de mil doscientos alumnos,
trabajé treinta y ocho años como docente, fui un viernes y no pude ir más.
Creo
que Dios me tenía preparado algo, así fue que dediqué, a partir de allí,
alimentar más mi espíritu, rosario diario, oraciones, lectura, y acompañamiento
desde
mi hogar, con llamadas, con oraciones, a quien lo necesitaba. Escribí un libro
con mi experiencia como docente y frente a la enfermedad.
Pasado
un año, me pude jubilar y sigo con esa vida de una laica de clausura, como me
llamo, conocía y tenía mucha actividad pastoral, fui catequista de
primera
comunión, de adultos, daba charlas, con mi esposo somos cursillistas, coordiné
grupo laical en la Obra de Don Orione, pero desde que enfermé me
dediqué
a vivir como una consagrada, nunca me quejé, hago todo lo que los médicos me
dicen, quedé con varias secuelas, no salgo sola pero no me quejo.
El
sábado 28 de este mes me dan la noticia que salieron mal dos estudios, soy
diabética, ya me habían realizado una operación en el cuello del útero pero
ahora
deberán
vaciarme. Ya habíamos decidido ir pues a mi esposo, que ha tenido un ACV, es
hipertenso y diabético, lo deben operar de la próstata, así que los dos
estaremos,
nuevamente, presentes para las Jornadas de este año en Chajarí. Nos ponemos en
manos del Señor y allí nos veremos. Van a ir unos amigos que
son
testigos de lo mío, y van por razones de salud.
GRACIAS PADRE J.E. HOYOS!!!,
diariamente está en mis oraciones. Con todo mi afecto en el Señor. Graciela
Blanco de Ojeda.