martes, octubre 01, 2013

Las cadenas familiares se rompen en el nombre de Jesús.

Por Rev. José Eugenio hoyos.
San Pablo a los Romanos en el capítulo 6 Versículos del 22 al 23 nos dice: “Ahora en cambio, siendo libres del pecado y sirviendo a Dios trabajan para su propia Santificación y al final está la vida eterna. El pecado paga un salario y es la muerte. La vida eterna en cambio es el Don de Dios en Cristo Jesús, nuestro señor (Palabra de Dios).
Esto no habla solo de la muerte  después de la cual tenemos por delante al cielo o el infierno. Nuestros odios, envidias, chismes, rencores, abortos, maldiciones, racismo, vulgaridad, pornografía, prostitución, drogas, alcohol, infidelidades, borracheras, brujerías. Son parte de nuestra propia muerte que destruye los matrimonios y las familias y donde la única salvación para romper esas cadenas es a través de la Oración y de la completa entrega a Cristo Jesús quien es nuestro único Rey de reyes y señor de señores, es el único que va a romper las cadenas y no hay otro igual con tanto poder. ¡Amen!.
Isaías Capitulo 10 Versículo 27 nos dice: “Entonces la carga se caerá de tu espalda, su yugo dejara de pesar en su cuello y la abundancia remplazara ya opresión. ¡Palabra de Dios!.

La carga será quitada y el yugo destruido a causa de la unción “repitamos” La ¡carga será quitada! y tiene una importancia absoluta el que usted entienda esta parte de la enseñanza recuerda cuando Jesús dijo en  Juan 8:32 “Conoceréis la verdad y cuando conozcas y comprendas esta verdad, entonces ella los hará libres ¿Los Judíos que habían creído pensaban que tenían toda la verdad que necesitaban, porque eran hijos de Abraham, sin embargo estaban equivocados sus cargas les habían sido quitadas pues estaban a punto de que fueran destruidos, sus yugos, sus maldiciones encadenadas a la familia.
Cuando Dios nos dice que la sangre de Cristo nos limpia; significa que somos doblemente sumergidos, somos Sanados y somos liberados de las cadenas de la iniquidad.

No olvides que las sanaciones y los milagros NO suceden cuando lloramos sino cuando Oramos.

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