martes, septiembre 08, 2015

Los sacerdotes carismáticos irradian felicidad y paz

Por Padre José Eugenio Hoyos


Los sacerdotes que pertenecen a la Renovación Católica Carismática son las personas más alegres, entusiastas y llenas de la fuerza y del gozo que ofrece el Espíritu Santo.
Esto lo pudimos comprobar en la reciente reunión mundial que la oficina del ICCRS organizo en Roma y donde más de 1,200 sacerdotes carismáticos de todo el mundo asistieron para compartir con el Papa Francisco poderosas y maravillosas enseñanzas.

Los sacerdotes estamos llamados a apoyar los movimientos que existen en la Iglesia pues en su diversidad las comunidades se enriquecen. Todo sacerdote carismático debe presentar ante sus feligreses un Dios de amor, un Dios compasivo y misericordioso, un Dios sanador y liberador. Porque el mismo Cristo es amor, y está en el corazón de la Iglesia llamada a servir desde la identidad hasta la unidad.

Los sacerdotes en general pero los que dirigen la Renovación Católica Carismática deben anunciar y multiplicar la nueva cultura de Pentecostés con fuerza, ardor, fuego y mucho entusiasmo.


El Sacerdote es un agente directo del Espíritu Santo en la unidad, la oración y la alabanza, que su predicación sea para edificar y llevar las alamas a los pies de Cristo. Que sea un pastor dispuesto a escuchar a sus ovejas, un profeta de este siglo que ayude a plantar dones y carismas y que luego recoja abundantes frutos para el crecimiento de sus ovejas. Pero ante todo el sacerdote carismático debe destacarse por su santidad.