viernes, mayo 23, 2008

El Evangelio de los Inmigrantes

Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
23 de mayo de 2008

Los evangelios que encontramos en las Sagradas Escrituras fueron dados para todos y todas las generaciones. Hablamos de un evangelio de la esperanza, del amor, de la paz, de la solidaridad, de los pobres, de la concordia y para nuestros tiempos, las palabras del Evangelio hoy en día y en el mundo actual, parecen escritas con flechas de fuego para remover la conciencia de los dirigentes y del sistema que oprime, discrimina, deporta y humilla a los hermanos más pobres del país – los inmigrantes. Esta discriminación no perdona el dividir las familias, los ancianos y los niños. Es por eso que el evangelio lleva mensajes de sanación y esperanza.

Hoy, además de las palabras inspiradas por el Espíritu Santo a través de Cristo, nos identificamos con nuestro hermano mártir, Martin Luther King Jr: “Me niego a creer que las circunstancias actuales incapaciten al hombre para hacer una tierra mejor. Me niego a compartir la opinión de los que pretenden que el hombre está tan cautivo de la noche sin estrellas, del racismo, de la opresión y de la guerra, que la aurora radiante de la paz y de la fraternidad no podrá nunca llegar a ser una realidad. Creo que la verdad desarmada y el amor incondicional tendrán la palabra final.”

Es por eso que en estos momentos actuales hay que hablar del “evangelio de los inmigrantes,” que expresa dimensiones esenciales: conciencia social, solidaridad, amor, tolerancia, gratuidad, amistad, paz, etc. Los que apostamos por la utopía, creemos en la fraternidad, trabajamos por la concordia y la cooperación, celebramos la fiesta de un mundo nuevo en esperanza de la nueva humanidad. Abrir el Evangelio de los inmigrantes es asomarnos a un “nuevo tiempo”, a la era de la paz de Cristo donde podamos soñar un mundo auroral, fresco, inédito de futuro y más. Llegará un día en que comprendamos que hemos nacido para vivir juntos, que Dios creó el planeta tierra sin fronteras para vivir en fraternidad, en un mundo nuevo, solidario, ético, justo, libre, en paz.

El Evangelio de los inmigrantes puede cambiar el mundo. Con el saludo "Shalom" Jesús sanó los enfermos (Lucas 7, 50). El testamento de Jesús es el amor y la paz. El evangelio nos enseña que hay que arrancar lo que produce discordia. Las sagradas escrituras nos dan pautas: por paz en un mundo erizado, da la bienvenida al extranjero, da pan al hambriento, socorre a los enfermos, visita a los encarcelados, rechacemos el egoísmo y la indiferencia. Seamos personas de acción y oración. Cristo vino a traer la paz, pero no la paz de los cementerios, ni la paz basada en la injusticia o el atropello a la dignidad humana.

El Evangelio de los inmigrantes no es un evangelio nuevo. Es el mismo evangelio de Cristo puesto en práctica con nuestros hermanos y hermanas en el exilio, que sufren indiferencia y desprecio y que esperan de nosotros un apoyo moral internacional.

miércoles, mayo 21, 2008

Juventud misionera Hispana

Por Padre José E. Hoyos
Arlington Catholic Herald
22 de mayo de 2008

El pasado fin de semana cientos de jóvenes hispanos se reunieron en las instalaciones del seminario del Monte de María en Emmitsburg, Md., para celebrar una gran vigilia y retiro en torno al Espíritu Santo.

Fue refrescante y nos llenó de gran alegría ver a jóvenes adolescentes de diferentes parroquias rezar el Santo Rosario y llevar la imagen de la Virgen María a cuestas por las calles de Arlington al siguiente día, terminando con la Santa Eucaristía y comprometiéndose con ser mejores hijos y católicos verdaderos.

Cada vez el joven de hoy sabe que su trabajo misionero es importante en la construcción del reino de los cielos. Es por eso que dos veces al mes los jóvenes van de casa en casa invitando a las familias cristianas a incorporarse a la iglesia católica, a vivir a plenitud los sacramentos, llevando información sobre los programas pastorales de la Diócesis de Arlington, enseñando a rezar el rosario, el respeto a la imagen de la Virgen. Aunque en algunos lugares son rechazados y no les abren las puertas a estos jóvenes misioneros, estas actitudes no los desaniman, todo lo contrario saben "que la mies es mucha y los obreros pocos" (Lucas 10, 1-12).

Hay mucho por hacer en este mundo para extender el Reino de Cristo, para hacer que, como rezamos en el Padre Nuestro, "venga su Reino" sobre nosotros. Los jóvenes hispanos han entendido que las sectas protestantes están realizando un proselitismo agresivo y que los católicos debemos tomar acción llevando el evangelio a los demás.


"Cristo necesita de nuestra colaboración. Por eso manda otros 72 discípulos a predicar. No se basta con los doce y manda otros 72. Esto es, no sólo manda a sus sacerdotes, es decir, sus 12 apóstoles, sino también a los laicos. Cristo necesita que en verdad tomemos en serio el compromiso que hemos adquirido cuando fuimos bautizados y que reafirmamos el día de la confirmación. " (P. Clemente González)

Hoy Cristo envía a los jóvenes a predicarle en nuestro entorno social. Por tanto no será fácil, ya nos lo ha advertido: "os envió como ovejas en medio de lobos." Pero al mismo tiempo no hay que tener miedo porque Cristo mismo ha prometido a sus discípulos que estará con ellos hasta el fin del mundo. Que Cristo sea hoy nuestro criterio de acción y que les demos la oportunidad y el apoyo a todos los Jóvenes Misioneros de América.
Foto: Padre Hoyos y jóvenes misioneros

El Hombre Marlboro Ataca De Nuevo

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Hoy en día hay muchas enfermedades que están acabando con la vida de las personas, pero hay una modalidad que hay que ponerle atención y es el uso de algunos medicamentos y drogas que están destruyendo la vida de nuestros jóvenes, y estas drogas son mortales aunque no están etiquetadas como tal. Están a disposición de niños, jóvenes y adultos sin ningun control, Valium, codeína, Percocet, morfina, "cheese", "crack", heroína, PCP, LSD, "ecstasy", la mariguana, el "purple haze" y la cocaina. Todas ellas en su mayoria deterioran al ser humano llevándolo a la muerte o al suicidio.

Por favor padres de familia, hay que estar alerta con sus hijos. Revisar sus pertenencias no es violar su privacidad, sino todo lo contrario, un acto de prevención cuando hay sospechas de que sus hijos andan extraviados o en malas compañías. Igualmente no se conforme de que su hijo no tiene este problema. Porque como dirían algunos padres de familia “gracias a Dios el solo fuma cigarrillos” pero no podemos desconocer que millones de jóvenes en las escuelas y universidades entre 12 y 17 años fuman hasta 8 cigarrillos por día.

En que están pensando estos seres, que desde temprana edad nuestros jóvenes empiezan a formar parte del club de Mister Marlboro envenenándose poco a poco con los más de cuatro mil químicos que tiene un cigarrillo. Se necesita estar uno fuera de control para encontrar placer en una sustancia tan repulsiva como el monóxido de carbono que expulsan los carros.

Muchos casi niños fuman, entre otras excentridades para llamar la atención de quienes se han olvidado de su existencia. Cada 9 segundos el cigarrillo acaba con la vida de una persona en el mundo, cada sonrisa que antes era blanca ahora se convierte en amarilla, las colonias o lociones agradables se han convertido en repugnante olor a nicotina. ¿Pero como esperar que cuiden su cuerpo si nadie los vacunó contra la baja autoestima? Y diganme exagerado, pero de las fumarolas en las que se han convertido nuestros adolescentes al corte de venas que proponen los emo hay poco camino.

Que ojalá Mr. Marlboro no siga extinguiendo y pavimentando de nicotina los pulmones de nuestros jóvenes para que un día terminemos con esa nociva influencia y nuestras familias respiren un aire puro y más saludable. Recuerde Mr. Marlboro ataca noche y día y recuerden que el día que estén besando a sus seres queridos no piensen de ustedes que quien esta besando es un cenicero.

Los Ricos También Van Al Cielo

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Aunque nos parezca un poco lejano a la verdad, los ricos también sufren. Los ricos también lloran, se enferman, se divorcian, se mueren, se van al cielo o al infierno, se entristecen, se estresan y aunque no lo creamos o admitamos, los ricos también se vuelven pobres. ¡Que ironía!

No todos los ricos son malos, indiferentes o tacaños, hay de todo. Hay ricos de ricos y ricos pobres. Pero los ricos pobres son aquellos que no conocen a Dios, que tienen todo, lo material, el poder, el prestigio y la fama, pero espiritualmente son pobres de espíritu y hay pobres que son inmensamente ricos y millonarios. Son aquellos que tienen pocas cosas materiales pero son ricos en espiritualidad y son millonarios por que tienen a Cristo en sus corazones.

Cuenta la historia que un ateniense, tan rico como arrogante, vio cierto día al filósofo Diógenes en el cementerio con dos huesos en las manos. Después de extenderse en ironías sobre el estilo de vida sobrio y humilde del filósofo, le preguntó que hacía en ese lugar y Diógenes le contestó: “Buscaba los huesos de tu padre, pero no logro diferenciar los huesos de los ricos de los huesos de los pobres.”

De tantas historias que se atribuyen a este filósofo griego, hay otra que refleja a su total desapego: un día que Diógenes iba de camino, llegó a la orilla de un arroyo y vio a un niño que bebía agua recogiéndola con sus manos unidas. Como el solía llevar como único equipaje una escudilla atada a un hilo y colgada del hombro exclamó: "¡Necio de mí, que durante tanto tiempo he cargado este objeto superfluo!" Y diciendo esto, arrojó la taza contra una piedra. Diógenes nunca se dejó esclavizar por las cosas. Cuando Alejandro Magno fue a visitarlo y le dijo que le pidiera lo que quisiera, Diógenes desde su famoso tonel se limitó a decir: "solo te pido que te quites por que me estas tapando el sol."

Monseñor Romero en una de sus homilías dijo: "Y a los ricos les quiero decir también, que no basta una pobreza espiritual, una especie de deseo pero sin eficiencia; a ellos les digo: mientras no encarnen esos deseos de pobreza evangélica en realizaciones que se interesen como en su propia causa por los pobres, como si se tratara de Cristo, seguirán siendo llamados los ricos "los que Dios desprecia"; porque ponen más su confianza en su dinero y se distinguen entre ellos de los otros que creen hombres de segunda clase." (1-7-1979) Felices los pobres por que de ellos es el reino de los cielos y los ricos espirituales y buenos también por que se van al cielo.