jueves, febrero 21, 2013

Sanando y liberando a un muerto social con SIDA.

Por Rev. José Eugenio Hoyos
En nuestro Ministerio de Sanación, hemos encontrado a través de los años innumerables enfermedades y que han sido sanadas por la acción directa del poder de Cristo y por la intercesión de la Oración; en algunos casos el cáncer como enfermedad terminal ha quedado en un segundo plano, pues ahora lo que más nos impresiona es cuando  pacientes con SIDA están dando testimonios de curaciones.
Si y así es, es ya una realidad que tiene asombrados  no solo a creyentes, sino a los mismos médicos. Como la Oración está jugando un papel importante de mano a mano con la ciencia.
Cuando un paciente de SIDA demuestra su evolución, su mejoría o su Sanación completa con la certificación medica definitivamente probamos una vez más que la acción sanadora de Cristo no tiene cuestionamientos, ni cabe la duda.
Desafortunadamente en algunas sociedades el enfermo de SIDA se considera como un muerto social, esto nos hace recordar a los leprosos de la época de Jesús, que Vivian aislados, rechazados, despreciados, estigmatizados y tenían reglas severas que prohibían tener contacto con ellos, vivían al margen de la sociedad.
El milagro que estamos experimentando hoy en día sobre el SIDA, el cáncer a través de técnicas espirituales viene directamente de la transfusión espiritual dada por Cristo en la Fe profunda y en la Oración Jesús con su actuar sobre cada paciente terminal está resucitando entonces a un muerto social, rechazado desafortunadamente hasta por la misma familia.
De esta manera nos demuestra en un modo de contraste, de escándalos en la Iglesia y de algunas divisiones; que Jesús en persona viene a darnos el remedio y  la Sanación que la ciencia y la medicina todavía no lo pueden hacer y así unir de nuevo a los Cristianos a través del Ministerio de Sanación en Cristo.
Hoy el Señor quiere tocar a todos los enfermos terminales de nuestra sociedad para que las cosas sean diferentes. Él viene  a abrazar al enfermo de SIDA sin miedo ni temores, ¡su compasión está llena de ternura!.
Dios puede cambiar todo en un instante, porque para él nada es imposible. Cada vez estamos siendo testigos de que hay que creer y convencernos con cada testimonio de Sanación que el poder sanador de Cristo es real, no es un show ni un invento.

miércoles, febrero 20, 2013

Padre Hoyos Orando por Sanación de la Depresión.

Por Fidel Hurtado-Zapata.

Definitivamente cada Misa de Sanación es diferente y en cada Eucaristía por los enfermos celebrada mensualmente en las diferentes Parroquias de la Diócesis de Arlington por el Padre José Eugenio Hoyos se nos da la impresión que el Espíritu Santo escogiera en casa ocasión un determinado grupo de enfermedades, pues hemos escuchado y visto grandes y poderosos testimonios con un nombre en común.
Noviembre se destacaron las Sanaciones de cáncer en la próstata, ovarios y pulmones, Diciembre hubo en común Sanaciones de migraña, cáncer y diabetes, Enero se destacaron los testimonios de madres infértiles mostrando con alegría sus embarazos y los niños saludables como signo visible del amor sanador de Cristo.
Y en la Misa de Sanación celebrada en Febrero en la Iglesia de Santa Ana una gran mayoría de personas con problemas de depresión y estrés. Se nos da la impresión que El Espíritu Santo quiere darnos a entender que la Sanación también implica y busca un orden.
Algo que nos impresionó a los asistentes a la Misa fue que un joven en silla de ruedas en el momento de la Consagración Eucarística empezó a levantarse progresivamente entre lágrimas y quejidos asombrando y sorprendiendo a todos los asistentes.
Hemos probado una vez más que la Oración y la Sangre de Cristo tienen poder; aquí no hay espacio para la duda, sino para fortalecer más la Fe. “en cada Sanación, Milagro, Curación y Liberación en que Cristo ha actuado hemos experimentado que Cristo Jesús tiene un estilo propio de curar”.
Jesús “toca a los enfermos” y en algunos casos los agarra para transmitirles su fuerza; en otras ocasiones, impone sus manos para envolverlos en la bondad y la compasión de Dios” (Tomado del libro del Padre Hoyos: Sanados Setenta veces siete pag 62) Jesús no solo cura para despertar la Fe, sino que pide Fe para que sea posible la Sanación.