Por José
Eugenio Hoyos
El Día de Acción de Gracias dejo de ser una celebración solo
de los Anglosajones, ahora ha sido una fiesta bien recibida por el pueblo
hispano y sobretodo por los inmigrantes que nos encontramos en todo territorio
Estadounidense.
Al “Thanksgiving” le hemos puesto un sabor mucho mas latino,
pues lo primero que hacemos es asistir a nuestras parroquias para darle gracias
a Dios por este nuevo país, por nuestras familias, por la salud y por las
oportunidades que recibimos cada día.
Celebremos este Día de Acción de Gracias porque es un momento
especial donde tomamos un tiempo para agradecer a Dios, a nuestro Creador por
toda las bendiciones que recibimos cada día. Esta celebración nos da la oportunidad
para que todos los grupos de oración, las Iglesias y los movimientos pastorales
nos unamos en oración y plegarias para orar por la protección de nuestras
familias inmigrantes, por nuestros jóvenes soñadores, por la paz en el mundo y
por nuestras oportunidades de trabajo.
Los hispanos cada día los 24 horas de los 7 días de la semana
oramos agradecidos diciendo: “Gracias, bendito Dios, por el amor que recibo y
el que puedo compartir. Gracias por la fe, la esperanza y la alegría. Gracias por
el milagro de la vida, por cada niño que hace, por cada joven que deja atrás las
drogas y las pandillas, y se arrodilla frente a ti, gracias por los ancianos
que tienen amor y respeto en esta sociedad.
Señor que como inmigrante, hoy y siempre mire la luz y no la
sombra, que piense en todo lo bueno y borre las quejas del racismo y la marginación
con la gratitud.
Señor, Jesús que a pesar de los problemas, la vida es un
milagro permanente. Por eso yo celebro cada día con agradecimiento.