viernes, febrero 11, 2011

El amor no es un sueño ni fantasía

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

Este fin de semana estaremos celebrando el día del amor y la amistad; el 14 de febrero en varias partes del mundo. Es una lástima lo repito, que esta hermosa celebración no sea de todos los días. No podemos olvidar que el amor que es un regalo maravilloso y directo de Dios como Creador del universo nos lleva a la proyección y edificación de la amistad.

Porque cuando hablamos de la amistad es porque hay grandes manifestaciones de amor y de un amor verdadero. Alguien decía: “Dichosos aquellos que han encontrado un gran amor y una amistad leal, honesta y duradera, ya que han encontrado verdaderos regalos puestos en nuestros corazones por Dios.

Pues el que no ama es porque no ha conocido a Dios, cualquier matrimonio, noviazgo o relación de amistad deben considerar los siguientes puntos.
1. Llegar a un diálogo de sentimientos que construya una relación “cordial de corazón a corazón, y no solo de piel con piel.
2. Quitarse las máscaras, mostrarse como uno es y no aparentar las fallas ni ocultar los vacíos.
3. Profundizar en una relación es, sobre todo, alimentarla espiritualmente.
4. Establecer bases firmes, centrados en valores y proyectos para un futuro. Ir más allá de simple palabras, hay que cumplir lo que se promete.
5. No tener miedo a descubrir y profundizar en esos sentimientos.

El amor es un noble sentimiento con raíces espirituales que hay que apreciar, cultivar y atesorar. El amor y la amistad son experiencias maravillosas que si se desperdician e ignoran nunca volverán, por eso es hermoso y sublime saber amar y darse amar; Feliz día del Amor y la Amistad!

jueves, febrero 10, 2011

PREFIERO ADOPTAR UN PERRO QUE UN NIÑO







No solamente en los Estados Unidos se les da un gran valor a los animales, a todo tipo de mascotas pero en especial a los perros. El otro día entre por curiosidad a un almacén especializado en perros y mascotas y quede sorprendido de ver la fila tan larga que se formaba de personas con sus respectivos perros de todas las razas esperando que el veterinario los atendiera, otros con cita previa, para hacerle el manicure, el corte de pelo con shampoo incluido etc. y otros comprando comida, juguetes, música y videos de entretenimiento para perros.

Todo un mercado de éxito y con millonarias ganancias, igual que San Francisco de Asís me encanta y soy amigo de los animales, le doy gracias a Dios por esta bella creación. Pero creo que mitad de la humanidad exagera tanto en el trato como el maltrato de estos caninos.

Hay personas que le dan más valor a la vida de un animal que a la de un ser humano. Se nos olvida que el animal no hace cosas buenas ni cosas malas, porque no tiene conciencia moral, ellos solo siguen su instinto. El ser humano tiene muchísimo mas valor que un gato, un caballo, un perro, un loro, etc. Dios nos creó de una forma especial para que tuviéramos el honor de llamarnos “Hijos de Dios” a diferencia de los perros.

Escucho a diario a muchas personas decir: prefiero tener un perro que adoptar un niño. Pues el niño llora, se hace pipi, exige que uno se levante a media noche y cuando crece trae infinidad de problemas, mientras que los perros son cariñosos, no hacen mucho ruido, siempre están en la casa, son muy leales etc. etc.

Hasta el momento de la muerte hemos encontrado que personas de edad han dejado herencias millonarias a sus perros. Es tiempo de amar mas al prójimo que al perro, adoptar un niño(a) tiene mucho mas valor que entregar todas las energías a una mascota. Desafortunadamente existen personas que aman mas a los animales, en un mundo lleno de pobres, de niños sin hogar y de ancianos sin amor. Son muchos los que gastan en animales el dinero y las energías que demandan millones de sufridos seres humanos, estoy de acuerdo que hay que querer y proteger a los animales pero por favor sin exagerar, es mejor adoptar un niño.

miércoles, febrero 09, 2011

DESMORALITIS, FRACASITIS, EXCUSITIS Y PERISITIS



Estas son tres características enfermizas que provienen de las mentiras para no realizar un compromiso, para no asistir a un evento importante, para salirnos de la tangente, para convencernos o convencer a las personas o a nosotros mismos para no hacer algo, o para evadir responsabilidades ante la vida.

Todas estas enfermedades provienen de una de las peores enfermedades conocida como: “Perisitis Aguda” definimos la pereza como falta de estímulo, de deseo de voluntad para atender a lo necesario e incluso para realizar actividades creativas o de cualquier índole.

Es una congelación de la voluntad, el abandono de nuestra condición de seres activos y emprendedores. De la pereza provienen la desmoralitis, el fracasitis, y sobre todo la excusitis. Un viejo cuento narra como un padre luchaba contra la pereza de su hijo pequeño que no quería nunca madrugar. Un día llego muy temprano por la mañana, lo despertó, el chico estaba tapado en la cama, y le dijo: “Mira, por haberme levantado temprano he encontrado esta cartera llena de dinero en el camino.” El joven tapándose le contesto “más madrugo el que la perdió”. La pereza siempre encuentra excusas.

Es perezoso quien renuncia a sus deberes con la sociedad, la perisitis aguda, la encontramos en aquellas que no les gusta levantarse temprano, tender la cama, soltar el sanitario, lavarse los dientes, el que no termina ni empieza a leer un libro, el que se queda dormido en un baile o en el cine etc.

Hay otro grupo que sufre de excusitis y que por la pereza se excusan de todo hasta de vivir de sonreír o de participar en la vida, y se pierden de vivir momentos emocionantes o conocer personas importantes. Todas estas actividades llevan a este tipo de personas al fracaso, a la depresión y a vivir una vida sin rumbo.

No es fácil ver en cada dificultad una oportunidad, pero tu lo puedes hacer si cuidas tu fe y afianzas tu autoestima, valórate, anímate y recuerda que Dios ha puesto en tu corazón muchos dones y carismas para darle otro sentido a tu vida. No este en este mundo como un vegetal, eres un persona especial y productiva.

lunes, febrero 07, 2011

Catequesis Carismática Católica




Como director Espiritual de la Renovación Católica Carismática Hispana de la Diócesis de Arlington es mi deber y obligación a vivir nuestra religión Católica en pureza de conocimiento sobre las bases doctrinales que manda la Santa Madre Iglesia y sobre la frecuencia a los sacramentos instituidos por Nuestro Señor Jesucristo.

Hay que recordar a todos los que formamos parte de este gran movimiento mundial que antes de ser Carismáticos o de colocarnos la etiqueta de Renovados somos ante todo Católicos y que pertenecemos a la Renovación Católica Carismática de nuestra diócesis.

Lo primero que un Católico Carismático debe llevar siempre en su mente es que “Cristo se humillo hasta la muerte de su cruz” y que a través de este acontecimiento de salvación debemos afianzar y fortalecer nuestra fe con nuestra oración profunda, nuestro servicio y compromiso con la Iglesia continuamos avanzando en el acercamiento definitivo con Cristo.

Cuando nos comprometemos a amar a la Iglesia Católica, defender nuestra fe, participar activamente en la Santa Eucaristía y en el sacramento de la penitencia estamos avanzando rápidamente a la conquista del cielo. Con nuestra participación en la oración profunda, en el desarrollo de nuestros dones y frutos del Espíritu Santo diariamente le estamos dando fuerza al Santo Sacramento de la confirmación conferido por el Obispo y el cual nos sentimos orgullosos de conocer y amar al Espíritu Santo.

Con nuestras alabanzas llenas de gozo y alzando nuestras manos en alto declaramos que Cristo es nuestro único Rey de Reyes y nuestro único Salvador no hay otro. No confundamos hermanos cuando oramos por los enfermos, la oración de imposición de manos es una acción laical, no sacerdotal. Hay que explicar a los grupos de oración de que hay una gran diferencia, la imposición de manos de sacerdotes y Obispos son de manos consagradas. Los laicos no ungen ni consagran es una acción que les corresponde solamente a los sacerdotes. Lógico que todos tenemos derecho de orar los unos con los otros pero ordenadamente.

Los carismáticos somos parte de una Iglesia viva que vive en oración, sin sentirnos superiores a los demás. Sino agentes de pastoral y evangelización de suma importancia para la Iglesia actual. Los Carismáticos no somos dueños del Espíritu Santo.