viernes, mayo 20, 2016

En la Renovación Carismática se Cumplen las Promesas


Por José Eugenio Hoyos


Para los que somos parte de la bendita Renovación Carismática (RCC) a través de los años nos hemos podido dar cuenta del poder de Cristo y la fuerza del Espíritu Santo derramando un nuevo Pentecostés sobre multitudes que oran, gozan, alaban y claman la acción del Espíritu Santo.

Cristo prometió y cumplió la promesa de enviar el Espíritu Santo y no solo como defensor sino como la gran potencia sanadora y liberadora.


2 Samuel, 18-19 nos dice: “¿Quién soy yo Señor Yahvé? ¿Qué es mi familia para que me hayas conducido hasta acá? Pero eso te parece todavía muy poco, Señor Yahvé, ya que ahora extiende tus promesas a la familia de tu servidor para un futuro lejano; ¿es ese un destino normal para un hombre, Señor Yahvé?”

En varias ocasiones aunque estamos activos en la Renovación Carismática nos sucede que no nos sentimos merecedores de ser predicadores del Evangelio, de ser parte del ministro de alabanza, de pertenecer a los ministros de sanación, intercesión o liberación… o lo mas interesante es que no nos sentimos merecedores de recibir el cumplimiento de las promesas de Dios de sus bendiciones y de alguna manera renegamos de ellas y hasta dudamos.


Sin embargo, quienes creemos en las promesas de Jesús, debemos tomar una nueva actitud, la cual debe ser conforme a aquel en quien creemos.

Recuerde entonces con alegría, que Cristo tiene una alianza de amor eterna con cada uno de sus hijos   

jueves, mayo 19, 2016

Carismáticos Mas Que Vencedores: Adoradores


Por José Eugenio Hoyos


Un Carismático que no sea adorador del Santísimo que no frecuente los Sacramentos ni rece el Santo Rosario ni tenga una devoción a María no es un Carismático autentico ni definido con la Iglesia Católica ni con la espiritualidad Carismática.

La adoración a Jesús Eucaristía es la que fortifica y tonifica la vida de un Carismático Católico. Gracias a la Adoración somos fuertes y recibiremos protección, sanación y liberación del altísimo. Por lo menos cada mes los Grupos de Oración deberían participar en una Hora Santa o tener tiempo ante el Santísimo.



Dios en su infinita bondad nos predestino “desde la eternidad para ser conformes a la imagen de su hijo.” (Romanos 8, 29)

Cuando un Carismático reflexiona en la grandeza de su predestinación y vocación a la santidad se siente el peso de sus limitaciones y miseria, experimenta la tentación del desaliento. Pero la supera fácilmente y la cambia por un optimismo, un gran deseo de orar y alabar cuando es consciente de que pertenece a esta gran corriente de gracia y salvación.


Tenemos que creer que Él  es nuestro santificador, que Jesús Sacramentado al adorarle hay un gran derramamiento de carismas que viene directamente del Espíritu Santo.

“El Espíritu de verdad que el mundo no puede recibir porque no lo conoce. Vosotros lo conocéis porque permanece con vosotros y está en vosotros.” (Juan 14, 17)

Amando, siguiendo, y adorando a Jesús Eucaristía seremos más que vencedores y todo lo podremos conseguir gracias a un Cristo que vive y se mueve en la Santa Eucaristía.

 

 

lunes, mayo 16, 2016

Sacerdotes Predicadores Carismáticos Con El Fuego Del Espíritu Santo


Por Kelvin Saravia


No solo la Renovación Carismática, ni la Iglesia Católica necesita más Sacerdotes Carismáticos sino el mundo entero para que la Evangelización sea más efectiva.

No podemos desconocer en ningún momento que las predicas de los Sacerdotes que no participan activamente en la Renovación Carismática no son tan atrayentes y atraigan a más fieles a los pies de Cristo. Claro que si por el solo hecho de predicar el evangelio con amor en cada Eucaristía están realizando la obra de Dios.


Pero con urgencia debemos orar y animar más a los Sacerdotes que en su corazón viven la espiritualidad Carismática a todas las naciones del mundo, a todas las culturas y en todos los idiomas.

Jesús en sus propias palabras nos dice: “Yo he venido a traer fuego sobre la tierra ¡Y como desearía que ya estuviera ardiendo!” El fuego que Cristo vino a traer no es nada menos que su propio amor que en realidad es el fuego de su ardiente corazón. No podemos compartir este amor si no hemos sentido su calidez y su fuerza de sanación.


Los Sacerdotes Carismáticos deben predicar con el convencimiento de que en nuestras Iglesias tenemos un Cristo vivo. Con el ardor y la fuerza que nos da el Espíritu Santo.

El que cree, aceptando el don de la fe, es transformado en una creatura nueva, recibe un nuevo ser, un ser filial que se hace hijo en el hijo y es tocado y purificado con el Fuego del Espíritu Santo.