viernes, abril 18, 2008

Benedicto XVI, una voz de libertad

por Rev. José E. Hoyos
Washington Hispanic
18 de abril de 2008

Desde las 5 de la mañana se comenzaron a formar líneas interminables de personas de todas las nacionalidades y estamentos sociales para ingresar a la Casa Blanca donde por primera vez en la historia un Papa celebraría su cumpleaños, en este caso el número 81 para Benedicto XVI. Con toda la máxima seguridad a las 7 y 30 de la mañana se abrieron las puertas de la Casa Blanca para más de 12 mil invitados especiales que fueron llenando los jardines presidenciales.

Con los ritmos musicales de la banda nacional de la Marina de los Estados Unidos, nos pudimos dar cuenta que estábamos y desde luego el Vicario de Cristo, viviendo momentos inolvidables y que el dignatario en esta ocasión era bien especial. De un momento a otro nos olvidamos que estábamos en la Casa Blanca pues empezaron a desfilar más de 300 Obispos y Cardenales dando la sensación que nos encontrábamos en el Vaticano, o nos hacían recordar la elección del Sumo Pontífice. Con la presencia de la jerarquía Católica Estadounidense las voces de los uniformados cantaban con gran gozo el “gloria gloria aleluya, gloria gloria aleluya, Jesús es el Señor,” uniéndose así miles de voces al cántico religioso.


Al ingresar el Presidente Bush acompañado con su esposa, hubo un gran silencio. Exactamente a las 10 y 30 de la mañana comenzó la ceremonia con las palabras de bienvenida del Presidente George W. Bush. Se entonaron los himnos del Vaticano y de los Estados Unidos, luego 10 cañonazos asustaron a la gente donde anunciaban que América se encontraba de fiesta por la presencia del Papa Benedicto XVI.


En su inmediata intervención el Santo Padre agradeció al Presidente y a la Iglesia por la invitación. En su alocución insistió sobre la defensa de la vida, la dignidad de la persona, felicitó a los Estados Unidos por ser una democracia abierta a luchar por los derechos humanos, por ser pionero en la estabilización de los pueblos, por su sensibilidad social con los más pobres, por su libertad de expresión, por ser un pueblo muy religioso y acogedor. Igualmente pidió a los gobernantes a que tomen conciencia de una solidaridad universal, pues la democracia implica ser responsables de un mundo creado por Dios.


“Si vivimos la democracia con una libertad verdadera, viviremos en paz y en armonía con todos”, agregó el Papa, quien es admirador de la Iglesia Católica en los Estados Unidos por que es un modelo de fe y de esperanza y porque es todo lo contrario de lo que le sucede a la Iglesia en Europa con las sombras del secularismo.


Al final de la ceremonia más de 12 mil voces le cantamos el Feliz Cumpleaños en inglés y las voces de los asistentes subían de tono gritando ¡Viva la Libertad, Viva el Papa!

Multiplicadores de la Paz: Entrevista con el padre José Eugenio Hoyos – Pt. 2

La Palabra Entre Nosotros
Febrero/Marzo 2008

Web Editor’s Note: We are thankful to The Word Among Us/La Palabra Entre Nosotros for permission to reproduce this two-part interview. For more information about this publication or to subscribe go to http://www.wau.org/spanish/default.asp

LPEN: ¿Cuánta gente participa en las Misas de sanación?

Las Misas de sanación ahora son multitudinarias, porque cuando tú ves los hechos, cuando estás viendo realmente respuestas, la gente sigue, la gente va y ve que Jesús continúa actuando a través de nosotros. No somos merecedores, claro está, pero el Señor nos utiliza y por eso tenemos que pasar por una cantidad de pruebas. Alcanzar la salvación no es fácil, pero es algo muy lindo y algo que uno agradece a Dios. Yo soy un hombre muy enamorado de Dios, apasionado por las manos de Jesús, fascinado de todo lo que Jesús nos da a nosotros; enamorado de mi sacerdocio. Me encanta lo que estoy haciendo, porque veo que hay manifestaciones.

Yo voy por ejemplo a El Salvador y doy misas de sanación. Cuando la gente me dice, "Padre, yo no podía tener hijos y vine a una Misa de sanación y aquí esta el resultado." Eso te toca el corazón. Te anima, a decir "Dios mío, yo no merezco esta misión", pero es la misión que el Señor me ha puesto.

LPEN: ¿ Después de su grave enfermedad ha continuado dando las Misas de sanación?

Claro que sí. Son misas multitudinarias, a las que van casi 3.000 personas. Desde que yo me sané, en acción de gracias, nunca fallo a las misas.

LPEN: Como coordinador diocesano de la Renovación Carismática Católica, ¿qué nos puede decir de este movimiento?

Que, como decía un artículo reciente del Washington Post, gracias a la Renovación Carismática Católica, la Iglesia se ha rejuvenecido y ha cogido fuerza. Y es verdad. Cuando están bien dirigidos y bien orientados, cuando el centro es María y se reza el santo Rosario, los grupos de oración caminan y florecen.

Se ha ido deteniendo la cantidad desbandada de personas que se iban de la Iglesia porque no encontraban mayor sentido en la religión, y la Renovación ha venido a hacerlos fuertes, porque les está enseñando doctrina, una doctrina sana, dentro de la Iglesia. Desafortunadamente, muchos de los católicos que llegan ahora a los Estados Unidos vienen con una fe solamente "de domingo", eso es todo, pero sin una catequesis bien formada. Algo en lo que yo hago mucho énfasis dondequiera que voy y en muchos de mis escritos es que mientras no nos preocupemos de recobrar la identidad católica, estamos desviados y estamos perdidos.

En realidad hay muchos evangélicos que han venido a la Iglesia porque nos han visto y han dicho: "Y estos ¿qué tienen de nuevo y por que están tan contentos? ¿Por que están sucediendo tantas cosas en estos grupos? Yo quiero ser parte de ello." Y se han bautizado en nuestra Iglesia haciendo acto de fe.

LPEN: ¿Cuál es su trabajo como Director del Apostolado Hispano en la Diócesis de Arlington?

Creo que esta misión ha sido "un desafío" bastante fuerte, porque una de las cosas que he querido hacer es no tener como dos iglesias separadas (la norteamericana y la hispana), sino tener una sola iglesia, respetando nuestra cultura, nuestra tradición, nuestra religiosidad popular, con las tradiciones de nuestros santos, las procesiones, etc. Es una gran riqueza cultural y religiosa que puede enriquecer a la Iglesia y la comunidad de los Estados Unidos.

Hemos, pues, desarrollado unos programas pastorales importantísimos de evangelización, para que los laicos sean agentes evangelizadores en las comunidades. El laico tiene que jugar un papel muy importante, por eso tenemos un Instituto de Formación al que en los últimos dos años le hemos dado mucho énfasis.

Estamos tratando de que la gente, primero, se prepare en el estudio de la Biblia, para saber defendernos de nuestros hermanos separados; no para atacarlos, sino para defendernos; segundo, queremos que nuestra gente entienda mas las raíces de nuestra fe y sepan por qué están bautizados y conozcan la parte sacramental, porque eso va ayudar a no dejar la iglesia sólo como responsabilidad de los sacerdotes o religiosas: el laico tiene que estar comprometido, porque el laico va a jugar un papel importante como nuevo apóstol de la iglesia. Así como Estados Unidos necesita la fuerza de trabajo de los inmigrantes, la Iglesia Católica necesita la fuerza de la fe y la tradición de los católicos latinos.

LPEN: Desde el punto de vista de la Iglesia, ¿qué es lo que más necesitan los inmigrantes católicos?

Recobrar la esperanza. La Iglesia Católica ha desempeñado un papel muy importante en este proceso de inmigración. Es un problema sumamente delicado por cuestiones de justicia y moral, pero la Conferencia de Obispos nos ha apoyado a los que estamos en estas campañas y estas marchas en las que hemos participado.

La Iglesia ha sido una gran abanderada para pedir una reforma justa y más humana. Creo que esas son las palabras más importantes y es que la Iglesia pide una reforma migratoria más justa y humana. ¿Por qué? Porque creemos que en los principios de la Iglesia está el dar bienvenida y acogida al extranjero. Entonces es nuestra misión y nuestra lucha.

LPEN: ¿Qué es Mapavi?

La Fundación Marcelino Pan y Vino es una institución sin fines de lucro que fundé en 1992, por la necesidad que teníamos de unir la sensibilidad social y defender la dignidad de la persona. La mayoría de estos hermanos latinoamericanos que llegaban venían desprotegidos, sin saber que aquí les esperaba una cultura diferente. Muchos venían con problemas de salud, gente que llegaba de emergencia a los hospitales y no eran atendidos porque no tenían seguro. Así fue como nos unimos a varios hospitales y al Instituto Nacional de Salud, para iniciar campañas de prevención en nuestra comunidad, sobre todo contra la tuberculosis, la malaria y el famoso SIDA. Ahora tenemos más de 200 voluntarios y ellos se han encargado de llevar a las iglesias y centros comunitarios información para que las personas sepan a dónde pueden ir.

Hay una gran cantidad de enfermos que necesitan trasplantes. Hasta ahora hemos hecho casi 58 trasplantes. Un trasplante puede costar de 250.000 a 350.000 dólares y ¿de dónde van a sacar ese dinero? Por eso, en Mapavi nosotros negociamos con los hospitales, porque cada hospital tiene un fondo de caridad. Entonces reunimos fondos organizando galas, rifas y pedimos donaciones a grandes corporaciones. Juntamos el dinero y con eso se pagan las operaciones de estos trasplantes. Algunos médicos hacen las operaciones por caridad, cobrando solamente por la medicina, pero no por su trabajo. A través de eso se creó una sensibilidad más cristiana en muchos lugares, y la gente ha tomado conciencia de nuestro trabajo.

Hemos ido a países como Bolivia, donde tenemos tres clínicas, tres postas sanitarias, hemos fundado dos escuelas para los sectores marginales de Santa Cruz de la Sierra. Igualmente en El Salvador, país con el que me he identificado más por la cantidad de salvadoreños que viven en esta área de Virginia (Estados Unidos). Cuando el salvadoreño ve que estamos ayudando, es muy generoso, porque ha conocido más el dolor. Cuando tú conoces el dolor y has vivido en él, sabes de qué estás hablando. Y hemos hecho igual con educación para pandilleros y drogadictos. Hemos tenido tres o cuatro conferencias anuales, además de las misas de sanación, y campañas de no violencia, porque El Salvador es un país muy violento, igual que Colombia, sobre todo la violencia juvenil, con las famosas "maras" o pandillas, creando también soluciones como talleres, apoyando a los talleres que rehabilitan a los jóvenes, dándoles un trabajo manual, etc. Algo similar hemos hecho en Bolivia y Guatemala.

LPEN: ¿Qué opinión le merece la revista La Palabra Entre Nosotros?

Conozco la revista hace muchos años y es para mí un gran manual de trabajo evangelizador. Me ha sacado de apuros para mi predicación, sobre todo que me ayuda a mí y a quienes la leen a tener una reflexión diaria de la palabra del Señor. Son reflexiones muy serias, que realmente tocan el corazón y ayudan a la conversión. ¿Cuántas personas se han convertido nada más con leer un solo párrafo de la revista? ¡Muchas! Y para mucha gente que no tiene nada que ver con la iglesia, esta revista es fundamental en su vida.

Yo diría que es una extensión de las Sagradas Escrituras, que tocan el sentir humano de Jesús, y eso enriquece el espíritu de las personas. La utilizamos también los sacerdotes para nuestras homilías. La utilizo yo personalmente cuando doy retiros, para prepararme inmediatamente con la palabra y también para escribir mis artículos. Yo creo que es un gran regalo, ha sido algo muy importante y es algo muy nuestro, muy de familia.

LPEN: ¿Qué mensaje podría dar a los que leen la revista?

Primero, que La Palabra Entre Nosotros les va a dar ciertas bases importantísimas para orar en familia, en su comunidad, para entender mejor la Santa Eucaristía y las homilías de los sacerdotes. Segundo, que ojalá las enseñanzas de La Palabra Entre Nosotros les sirvan para ser "multiplicadores de la paz" y del Evangelio entre los hombres, para que todos podamos ser portadores de esta esperanza y que todos vivamos en ese vínculo de paz, que es tan importante.

LPEN: ¿Qué les diría hoy a los jóvenes hispanos de los Estados Unidos?

Que no tengan miedo de seguir a Cristo. Creo que tenemos que empezar a hablar de un Cristo joven. El mismo Papa Juan Pablo II tenía gran esperanza en ellos y es porque la juventud tiene hoy la palabra. La juventud tiene una gran capacidad de liderazgo. Creo que en este momento necesitamos nuevos tipos de modelos, diferentes de un músico de rock o un artista de cine. Necesitamos lideres católicos jóvenes, comprometidos con la Iglesia y el Evangelio. Creo que eso es lo que Cristo pide.

El joven va a traer un gran cambio y tendrá un gran poder de decisión en nuestros grupos católicos, porque un joven o un grupo juvenil con una iglesia joven que no tenga a Cristo como bandera, no va para ningún lado. Y si los jóvenes no son otros Cristos, estamos en cero, no estamos en nada. Nuestra juventud hoy en día, la iglesia hispana, es admirada y es querida porque es una iglesia joven que esta trayendo nueva sangre a este país, dándole nueva vitalidad y eso es importantísimo.

LPEN: Nuevamente, muchísimas gracias, padre, por sus respuestas. Ciertamente la entrevista fue una experiencia renovadora y muy estimulante y estamos seguros de que también lo será para nuestros lectores. Que el Señor lo siga bendiciendo en su importante y valioso ministerio.

El sitio virtual de Mapavi es http://www.mapavi.org/. También existe un "blog" (http://padrehoyos.blogspot.com/) en el que aparecen los artículos que escribe el Padre Hoyos.

jueves, abril 17, 2008

Salvadoreños activos en la liturgia de hoy

Por Rev. José Eugenio Hoyos
El Diario de Hoy
Miércoles, 16 de Abril de 2008

Benedicto XVI pudo experimentar la diversidad de la Iglesia en los Estados Unidos y su sentido de universalidad.

Desde las 5:00 de la mañana se comenzaron a formar líneas interminables de personas de todas las nacionalidades y estamentos sociales para ingresar a la Casa Blanca, donde por primera vez en la historia un Papa celebraría su cumpleaños, en este caso el número 81 para Benedicto XVI. Con la máxima seguridad, a las 7 y 30 de la mañana se abrieron las puertas de la Casa Blanca para más de 12 mil invitados especiales que fueron llenando los jardines presidenciales. Con las notas de la banda nacional de la Marina de los Estados Unidos, nos pudimos dar cuenta de que estábamos, y desde luego el Vicario de Cristo, viviendo momentos inolvidables y que el dignatario en esta ocasión era muy especial.

De un momento a otro nos olvidamos que estábamos en la Casa Blanca, pues empezaron a desfilar más de 300 obispos y cardenales dando la sensación de que nos encontrábamos en el Vaticano, o nos hacían recordar la elección del Sumo Pontífice. Con la presencia de la jerarquía católica estadounidense, las voces de los uniformados cantaban con gran gozo el "Gloria, gloria, aleluya, Jesús es el Señor", uniéndose así miles de voces al himno.

Al ingresar el Presidente Bush, acompañado con su esposa, hubo un gran silencio. Exactamente a las 10:30 de la mañana comenzó la ceremonia con las palabras de bienvenida del Presidente George W. Bush. Se entonaron los himnos del Vaticano y de los Estados Unidos, luego 10 cañonazos asustaron a la gente y anunciaban que América se encontraba de fiesta por la presencia del Papa Benedicto XVI.


Precisamente en su discurso, el Santo Padre pidió a los gobernantes que tomen conciencia de una solidaridad universal, pues la democracia implica ser responsables de un mundo creado por Dios: "Si vivimos la democracia con una libertad verdadera, viviremos en paz y en armonía con todos", agregó el Papa, quien es admirador de la Iglesia Católica en los Estados Unidos porque es un modelo de fe y de esperanza y porque es todo lo contrario de lo que le sucede a la Iglesia en Europa con las sombras del secularismo.

Al final de la ceremonia más de 12 mil voces le cantamos el feliz cumpleaños en inglés y las voces de los asistentes subían de tono gritando ¡Viva la Libertad, Viva el Papa!

Para hoy, en el estadio de béisbol llamado en inglés Nationals Park, la misa pontifical tendrá un sentido multicultural, incluso con fieles luciendo trajes típicos de sus respectivos países.

La primera lectura será en español y estará a cargo de la salvadoreña Yolanda Bolaños, de Santa Ana. La bienvenida, en español igualmente, será pronunciada por dos salvadoreños: José Fernando Mora, de San Salvador, y María Alemán del Tránsito, en San Miguel.

Multiplicadores de la Paz: Entrevista con el padre José Eugenio Hoyos – Pt. 1

La Palabra Entre Nosotros
Diciembre 2007/Enero 2008

Web Editor’s Note: We are thankful to The Word Among Us/La Palabra Entre Nosotros for permission to reproduce this two-part interview. For more information about this publication or to subscribe go to http://www.wau.org/spanish/default.asp

En su oficina amplia pero sencilla del Obispado de Arlington (Virginia, Estados Unidos) nos recibe con una amable sonrisa el Padre José Eugenio Hoyos, que por muchos años se ha dedicado en forma incansable a trabajar en favor de los inmigrantes indocumentados y los enfermos, no sólo en los Estados Unidos, sino también en varios países latinoamericanos. De origen colombiano y ahora naturalizado estadounidense, ha llegado a ser bien conocido, muy respetado y querido en toda la comunidad del área metropolitana de Washington, DC, Maryland y Virginia. Gentilmente accedió a responder todas nuestras preguntas. Dada la longitud del texto, la segunda mitad de esta entrevista aparecerá en la edición de Cuaresma 2008 de la revista. He aquí sus respuestas.

LPEN: ¿Nos podría dar una breve reseña de su familia, su vida, sus orígenes?

Nací en la ciudad de Buga, en el Departamento del Valle en Colombia. Soy el octavo de 12 hermanos, vengo de una familia muy religiosa, de grandes tradiciones católicas. En mi familia también hay varios sacerdotes, religiosas y obispos. O sea que somos una familia bastante privilegiada y muy numerosa. Mi madre viene de una familia en que los hermanos fueron 22, 11 hombres y 11 mujeres, de una sola mamá y un solo papá, un solo matrimonio, que nos enseñaron mucho acerca de la unidad familiar, del valor del matrimonio, la defensa de la vida y la creencia de que cada hijo venía con un pan para la familia. Hemos sido una familia muy conservadora, en el sentido de guardar esos valores religiosos que nos inculcaron, una enseñanza recta y también el amor al prójimo.

Estudie filosofía y teología en el Seminario Mayor de Manizales y en la Universidad de Santo Tomas. Después vine aquí a los Estados Unidos para hacer el posgrado en teología en la Catholic Theological Union, de Chicago, de donde me gradué con un máster en teología, con especialización en sociología. Así conocí las dos culturas y aprendí a vivir las dos iglesias, que es tan importante, la iglesia norteamericana y la de los inmigrantes, y también mirar como se unían las comunidades latinas, centroamericanas y caribeñas en este país. Y esa creo que fue la mejor escuela que he tenido.

LPEN: ¿Por qué se vino a los Estados Unidos?

Principalmente, por situaciones adversas a lo que uno quiere. Estamos aquí porque Dios quiere, no porque nosotros queremos, y yo me he sentido también como una persona que Dios me puso aquí con una misión. Me toco salir de Colombia, como también lo hicieron algunos de mis hermanos, por la violencia. Muchos de mis familiares han sido secuestrados por los grupos guerrilleros. Uno de mis hermanos era uno de los 12 diputados que se encontraban secuestrados por las fuerzas revolucionarias de Colombia (FARC) y que hace poco murieron víctimas de esa violencia. Todo eso me ha motivado para formar "grupos multiplicadores de paz" a todo nivel y tener foros internacionales y moverme en todas partes donde la violencia realmente es muy fuerte y donde, en nombre de Cristo y a través del Evangelio, podemos llevar un mensaje totalmente reconciliador. He sufrido en carne propia la experiencia de ser desplazado, de ser refugiado, de venir a un país escapando de la violencia.

Esto me ha ayudado a entender todo el éxodo centroamericano, la comunidad salvadoreña que vino después de la guerra, en la que hubo más de 75 mil muertos. Yo realmente me identifiqué mucho con ellos, porque en Colombia llevamos una guerra de casi 50 años donde no ha habido solución, en un país donde había una economía floreciente, además de ser un país tan católico.

LPEN: ¿Cómo encontró la situación de los católicos hispanos aquí en los Estados Unidos?

Cuando llegué a este país me di cuenta que había una gran sed de Dios, y por eso vimos que el Evangelio hay que ponerlo en acción, y en acción bien fuerte, especialmente para todos los pobres. En América del Norte los pobres son los inmigrantes, los indocumentados, la gente que más necesita. Estando yo en la Catedral de Santo Tomás Moro (en Arlington, Virginia), vino primero un niño chileno que necesitaba un trasplante de medula ósea. Así empezamos a ver que había mucha necesidad en nuestra comunidad, porque hay muchos que no tienen derecho a seguro social, derecho a una vivienda, derecho a tantas cosas necesarias que este país les puede dar.

Somos un país "tercermundista" dentro de una nación que es una potencia mundial. Pero a nosotros los sacerdotes el Evangelio nos llama a actuar de una forma pacífica. No seremos revolucionarios ni guerrilleros, ni comunistas, sino solamente seremos verdaderos católicos, auténticos católicos, y seremos sensibles a la necesidad que hoy en día tienen tantos seres humanos.

LPEN: ¿Qué son las misas de sanación y qué le hizo interesarse en ese aspecto del ministerio?

Desde que yo estaba en Colombia trabajaba muy de cerca con el padre Rafael García Herreros, fundador de la gran obra benéfica "El Minuto de Dios" y pude conocer la Renovación Carismática naciente en aquellos años, 1975 a 1977. Me interesé mucho porque no hablar del Espíritu Santo es como no hablar de Dios, porque es lo mismo, es parte de la Santísima Trinidad.

Empezamos trabajando fuertemente y participé en muchas convocaciones que el padre Emiliano Tardif estaba haciendo en sus misas de sanación. Allí empecé a ver a un Dios vivo, que se manifestaba. Y es así como ingresé yo a las filas de la Renovación Carismática a nivel internacional. También participé en reuniones internacionales como enviado de esta diócesis y me fui dando cuenta de que el poder de sanación que Dios quiere dar a través de nosotros es potente, es muy fuerte. Allí vemos que la presencia de Jesús, en su compasión, está viva. Y cuando tenemos una fe grande, el Señor hace maravillas en nosotros.

Cuando empecé a ver la cantidad de enfermos, incluso desahuciados, que se levantaban y quedaban sanados por medio de la oración, de la palabra, de la alabanza y a través de la Santa Eucaristía, supe que realmente el Señor tenía para mí una misión dentro de la Renovación.

LPEN: ¿Ha tenido alguna experiencia personal de sanación?

Sí. En 2003 sufrí de una meningitis aguda y los médicos me desahuciaron, me dieron solamente unos cuantos días de vida. Estuve bien mal. En una Misa perdí el conocimiento y quedé en estado de coma por cinco días. Ya había perdido todas mis facultades. No podía hablar ni caminar, estaba casi ciego. Pero un hermano médico que tengo aquí, que trabaja en el Hospital de la Providencia, cerca de la Universidad Católica, me dijo con lágrimas en los ojos: "Desafortunadamente tus días son contados. Creo que has sido una persona muy buena, pero pide un confesor y escribe, si puedes hacerlo todavía, porque vas a seguir perdiendo tus facultades. Pero tú eres un hombre de fe y quedas en las manos de Dios. Creo que es hora que te prepares."

Fue muy duro para mí, pero venían los grupos de oración desde Virginia a orar por mí, a darme esperanza a través de la oración. Yo sentía la sanación cuando empezaban las jornadas de oración. La gente me comentaba diciéndome: "Estamos rezando en Perú, estamos rezando en el Ecuador, en Panamá, en Honduras, en México, en Colombia."

Y a raíz de eso empecé a sentir el poder del Señor a través de la oración. Yo lo había predicado, pero no lo había experimentado. Y dije "Señor, estoy preparado para este momento, si es que tú me llamas en la enfermedad. Entiendo como están los enfermos, entiendo el ministerio que hacemos." Antes yo solamente oraba, pero no sentía esa fuerza. Y fue así como me fui recuperando. Los médicos bien aterrados me decían "No, usted no puede salir, porque de aquí no ha salido nadie vivo con el tipo de meningitis que usted tiene. Hay otros tipos de meningitis virales, pero el suyo es distinto, está relacionado con un tipo de leucemia." Fue así que buscaron dónde estaba depositado el virus y lo tenía aquí, en la columna. Me lo sacaron y de todas maneras me dijeron: "No te damos esperanza, porque aunque no hemos encontrado más virus, puedes tener una metástasis, una propagación del virus por todo tu organismo." Dije: "Bueno, está bien."

Me siguieron tratando por un mes y medio más y luego me enviaron a una casa de reposo. Mi doctora me dijo: "Mira, yo soy hindú; no soy cristiana, pero tu Dios es muy poderoso, porque lo que ha hecho tu fe no lo puede hacer la ciencia, no lo podemos hacer humanamente."

Yo soy el símbolo de un milagro, como lo es mucha gente. Somos una legión de personas agradecidas por la muestra de compasión que el Señor ha tenido con nosotros, por sus manos milagrosas, donde vemos el poder de la sanación. Por eso, no hay necesidad de ir a buscar las sectas evangélicas ni los grupos protestantes, ni pentecostales, porque hay sanación dentro de la Iglesia Católica.

Y eso es lo que estamos llevando nosotros como una verdadera llama de esperanza a tantos que a veces están agonizando con cáncer, con SIDA, con tuberculosis, malaria, lepra o lo que sea. Vemos que el Señor esta actuando en nosotros de una forma tan hermosa, a veces misteriosa y desconocida, que no la merecemos nosotros los pecadores, pero que vemos que su poder es muy grande. El poder de la palabra de Dios es muy grande. Es una palabra encendida, que viene a nosotros a alimentarnos y empujarnos a llevar el mensaje a este mundo.

miércoles, abril 16, 2008

Cantan 'Feliz cumpleaños' a Papa Benedicto XVI a su llegada a EU

Washington, abril 15, 2008.- Cientos de fieles cantaron hoy 'Feliz cumpleaños' al Papa Benedicto XVI, en vísperas de su 81 aniversario, a su llegada a Estados Unidos, en medio de fuertes medidas de seguridad en la base aérea Andrews.

A las 16:00 horas locales (21:00 GMT), el presidente George W. Bush, su esposa Laura y su hija Jenna recibieron al pontífice, cuando éste bajaba de las escalinatas rojas del Boeing 777 de la Alitalia bautizado como 'Shepherd One' (Pastor Uno).

Las banderas amarillas y blancas del Vaticano ondearon junto con las estadunidenses, tanto en el Pastor Uno, como las que portaban la guardia de honor y las que agitaban los familiares de militares y jóvenes invitados por la Arquidiócesis de Washington.

El jerarca de la Iglesia Católica descendió sonriente, estrechó la mano de Bush, de la primera dama y de su hija Jenna, antes de alzar las manos en señal de saludo a la multitud.

El grupo caminó sobre la alfombra roja; el pontífice y el presidente intercambiaron sonrisas y se dirigieron hacia una zona de invitados especiales para sostener una breve conversación privada, que duró alrededor de 10 minutos.

Posteriormente, sin pronunciar discursos, Bush acompañó al Papa a su vehículo, mientras jóvenes de la escuela secundaria Obispo McNamara, de Maryland y los invitados entonaban el tradicional canto por su cumpleaños.

'Me impactó el silencio que hubo después que aterrizó el avión, ante la expectativa por el momento en que saldría el Santo Padre', dijo el sacerdote mexicano Jesús Lizalde, director de Radio María en Houston, Texas, quien narró el acontecimiento en vivo por celular.

'Me impresionó, a sus 81 años, la manera en que bajó las escalinatas rojas, como si tuviera 15 años', anotó Lizalde al referirse a la manera rápida en que Benedicto XVI descendió del avión.

Alrededor de 500 invitados especiales, así como 250 reporteros fotógrafos y camarógrafos, fueron acreditados para la llegada de Joseph Ratzinger.

La prensa tuvo que esperar más de dos horas para ser escoltada desde el centro de la capital a la Base Aérea, ubicada en el vecino estado de Maryland, tras rigurosas inspecciones por detectores de metal y perros policías.

La Base Andrews ha sido escenario de recepciones de mandatarios en 309 ocasiones desde 2006. Esta es la primera vez que Bush recibe personalmente a un jefe de Estado en este lugar, en una señal sobre la importancia histórica de la visita del Papa.

En el acto participaron además representantes del cuerpo diplomático y la Fuerza Aérea, así como el cardenal de Chicago, Francis George, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), y el arzobispo de Washington, Donald Wuerl.

Tras la ceremonia de bienvenida, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Washington, Francisco González, dijo que 'el Papa nos va a dar un mensaje de esperanza. Espero que diga algo sobre los inmigrantes'.

El vicepresidente de la USCB, el obispo de Tucson, Gerald Kicanas, señaló que Benedicto XVI 'nos trae un mensaje de paz, especialmente en nuestro país a favor de los pobres, los enfermos y los inmigrantes'.

El jefe de la Iglesia Católica 'nos recordará que todos somos hijos de Dios', señaló.

El sacerdote José Eugenio Hoyos, director del Apostolado de la Diócesis de Arlington, en Virginia, manifestó que 'cuando se habla de los pobres no podemos excluir a los inmigrantes que son los que están sufriendo persecución, redadas y leyes humillantes'.

La agenda del Papa Benedicto XVI incluye una ceremonia de bienvenida en la Casa Blanca para este miércoles; una misa en el estadio de los Nationals, el jueves. Después viajará a Nueva York, donde pronunciará un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El Papa tiene previsto en Nueva York celebrar misa en la Catedral de San Patricio y el estadio de los Yankees, y visitar la Zona Cero donde ocurrieron los atentados del 11 de septiembre de 2001, para concluir su visita el próximo domingo.

Washington, abril 15, 2008.- Cientos de fieles cantaron hoy 'Feliz cumpleaños' al Papa Benedicto XVI, en vísperas de su 81 aniversario, a su llegada a Estados Unidos, en medio de fuertes medidas de seguridad en la base aérea Andrews.

A las 16:00 horas locales (21:00 GMT), el presidente George W. Bush, su esposa Laura y su hija Jenna recibieron al pontífice, cuando éste bajaba de las escalinatas rojas del Boeing 777 de la Alitalia bautizado como 'Shepherd One' (Pastor Uno).

Las banderas amarillas y blancas del Vaticano ondearon junto con las estadunidenses, tanto en el Pastor Uno, como las que portaban la guardia de honor y las que agitaban los familiares de militares y jóvenes invitados por la Arquidiócesis de Washington.

El jerarca de la Iglesia Católica descendió sonriente, estrechó la mano de Bush, de la primera dama y de su hija Jenna, antes de alzar las manos en señal de saludo a la multitud.

El grupo caminó sobre la alfombra roja; el pontífice y el presidente intercambiaron sonrisas y se dirigieron hacia una zona de invitados especiales para sostener una breve conversación privada, que duró alrededor de 10 minutos.

Posteriormente, sin pronunciar discursos, Bush acompañó al Papa a su vehículo, mientras jóvenes de la escuela secundaria Obispo McNamara, de Maryland y los invitados entonaban el tradicional canto por su cumpleaños.

'Me impactó el silencio que hubo después que aterrizó el avión, ante la expectativa por el momento en que saldría el Santo Padre', dijo el sacerdote mexicano Jesús Lizalde, director de Radio María en Houston, Texas, quien narró el acontecimiento en vivo por celular.

'Me impresionó, a sus 81 años, la manera en que bajó las escalinatas rojas, como si tuviera 15 años', anotó Lizalde al referirse a la manera rápida en que Benedicto XVI descendió del avión.

Alrededor de 500 invitados especiales, así como 250 reporteros fotógrafos y camarógrafos, fueron acreditados para la llegada de Joseph Ratzinger.

La prensa tuvo que esperar más de dos horas para ser escoltada desde el centro de la capital a la Base Aérea, ubicada en el vecino estado de Maryland, tras rigurosas inspecciones por detectores de metal y perros policías.

La Base Andrews ha sido escenario de recepciones de mandatarios en 309 ocasiones desde 2006. Esta es la primera vez que Bush recibe personalmente a un jefe de Estado en este lugar, en una señal sobre la importancia histórica de la visita del Papa.

En el acto participaron además representantes del cuerpo diplomático y la Fuerza Aérea, así como el cardenal de Chicago, Francis George, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), y el arzobispo de Washington, Donald Wuerl.

Tras la ceremonia de bienvenida, el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Washington, Francisco González, dijo que 'el Papa nos va a dar un mensaje de esperanza. Espero que diga algo sobre los inmigrantes'.

El vicepresidente de la USCB, el obispo de Tucson, Gerald Kicanas, señaló que Benedicto XVI 'nos trae un mensaje de paz, especialmente en nuestro país a favor de los pobres, los enfermos y los inmigrantes'.

El jefe de la Iglesia Católica 'nos recordará que todos somos hijos de Dios', señaló.

El sacerdote José Eugenio Hoyos, director del Apostolado de la Diócesis de Arlington, en Virginia, manifestó que 'cuando se habla de los pobres no podemos excluir a los inmigrantes que son los que están sufriendo persecución, redadas y leyes humillantes'.

La agenda del Papa Benedicto XVI incluye una ceremonia de bienvenida en la Casa Blanca para este miércoles; una misa en el estadio de los Nationals, el jueves. Después viajará a Nueva York, donde pronunciará un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

El Papa tiene previsto en Nueva York celebrar misa en la Catedral de San Patricio y el estadio de los Yankees, y visitar la Zona Cero donde ocurrieron los atentados del 11 de septiembre de 2001, para concluir su visita el próximo domingo.

Con información de Notimex

martes, abril 15, 2008

Miles esperan el arribo del Papa Benedicto XVI hoy a Washington

El Diario de Hoy
Lunes, 14 de Abril de 2008

Un estricto dispositivo de seguridad se hacía sentir desde ayer en la ciudad capital

Miles de feligreses esperan con ansias la llegada del Papa Benedicto XVI, a quien recibirán con carteles y banderas como saludos a su paso por las diferentes arterias de la capital estadounidense, por donde se desplazará el papa móvil durante su visita pastoral de cinco días a Estados Unidos.

El Sumo Pontífice llega esta tarde a la base naval de la fuerza aérea en las afueras de Washington D.C., desde donde se desplazará hacia la nunciatura apostólica en Washington, donde descansará para retomar su apretada agenda de cuatro días en Washington y Nueva York.

Los preparativos previos a la llegada del Sumo Pontífice han demandado un alto nivel de organización entre todas las parroquias de las diócesis del Área Metropolitana de Washington.

El reverendo Eugenio Hoyos, director de la Diócesis de Arlington, Virginia, asegura que los feligreses de las parroquias que él pastorea en Virginia han diseñado todo un plan para hacer presencia y recibir a Benedicto XVI en su papel de pastor de la iglesia y como jefe de estado.

"Nuestras parroquias ya están listas y hemos organizado grupos numerosos de personas que estarán en puntos estratégicos por donde se desplazará el Papa desde que llegue al aeropuerto hasta su despedida", dice Hoyos.

Sin embargo, por razones de seguridad, los organizadores y el Servicio Secreto que custodiará al Pontífice no habían revelado la información sobre las calles y avenidas por donde transitará el papa móvil en Washington; las rutas supuestamente iban a ser reveladas hasta la tarde de ayer.

Lea Salinas, salvadoreña que se congrega en la Iglesia de San Antonio de Padua, en Falls Church, Virginia, asegura que la parroquia solo recibió 200 "tickets" que fueron rifados entre la comunidad cristiana, cuyo número supera los cinco mil, a contar por los feligreses que acuden a misa cada domingo.

"Nosotros estamos buscando la información por donde será el recorrido del papa móvil para verlo aunque sea de una esquina en alguna calle (…) mis papás llegan mañana de Miami sólo para ver al papa", afirma Salinas.

Contra la visita

Los opositores a la presencia de la cabeza de la iglesia tampoco dejarán pasar la ocasión para hacerse notar. Desde ayer, la policía estaba alerta para contrarrestar las manifestaciones que surjan en contra de la visita del Papa Benedicto XVI.

En la tarde de ayer lunes, decenas de manifestantes se concentraron por la Calle Penssylvania, cerca de la Casa Blanca para expresarse en contra del pontífice por los errores de algunos ministros y el conocimiento de la iglesia.

Según el reverendo Hoyos, esas manifestaciones de rechazo han sido consideradas de antemano por la iglesia, pero que no logran trascender más allá de aprovechar los efectos mediáticos en la visita del Sumo Pontífice.

"Ese es un punto que se estaba esperando, van a salir a las calles los grupos de protesta por los casos de abuso sexual en niños, que no sólo es de la iglesia católica, pero que el papa sabe de ese tema y no ignora; pero también aprovecharán otros grupos como los que apoyan el aborto, porque la iglesia se opone", comenta el padre Hoyos.

Además de los saludos a Benedicto XVI, otros expondrán su talento en la elaboración de alfombras de aserrín, como el caso de un grupo de guatemaltecos que se congregan en la parroquia San Antonio de Padua, quienes diseñarán una larga alfombra a la entrada del Centro Juan Pablo II, en el campus de la Universidad Católica, donde el pontífice se reunirá con líderes de otras iglesias.

Desde ayer, el tráfico por diferentes calles y avenidas de la capital estadounidense estaba regulado.

Algunas arterías serán cerradas para resguardar la seguridad del Papa y de miles de feligreses que esperan su llegada.

lunes, abril 14, 2008

Hispanic Catholics Awaiting Pope Benedict XVI

WJLA-TV
April 9, 2008

John and Mildred Garcia are parishioners at St. Anthony's Church in Falls Church and they can't wait for Pope Benedict to arrive.

Hispanics make up as much as half the Arlington Diocese, though firm numbers are hard to come by. Many are immigrants, like Luz Delaney, a native of Bolivia, who runs the Parish bookstore, where the Pope's books, medals and pictures are flying off the shelves.

"It's exciting, But sad because we have no tickets," said Delaney.

Hispanic immigrants, many with larger families, have offset a drop in recent years in the number of Catholics in America. They bring with them strong traditions, loyalties, and challenges. They are hoping Benedict's visit will ease anti-immigration sentiments.

"They will think twice," said Father Jose Hoyos, "I believe the church has defended, for many years, the less fortunate."

It's not just the Hispanic community waving the welcome flag, Father Jerome Magat of Filipino descent, from Our Lady of Lourdes in Arlington, has vanity plates on his Toyota.

"I walk around with a collar on all day, I'm already free advertising for the church, so why not just seal the deal, complete it?"

The Arlington Diocese will be getting 6,000 tickets to the papal mass next week at the new Nats stadium to be divvied up among it's parishes.