viernes, abril 18, 2008

Benedicto XVI, una voz de libertad

por Rev. José E. Hoyos
Washington Hispanic
18 de abril de 2008

Desde las 5 de la mañana se comenzaron a formar líneas interminables de personas de todas las nacionalidades y estamentos sociales para ingresar a la Casa Blanca donde por primera vez en la historia un Papa celebraría su cumpleaños, en este caso el número 81 para Benedicto XVI. Con toda la máxima seguridad a las 7 y 30 de la mañana se abrieron las puertas de la Casa Blanca para más de 12 mil invitados especiales que fueron llenando los jardines presidenciales.

Con los ritmos musicales de la banda nacional de la Marina de los Estados Unidos, nos pudimos dar cuenta que estábamos y desde luego el Vicario de Cristo, viviendo momentos inolvidables y que el dignatario en esta ocasión era bien especial. De un momento a otro nos olvidamos que estábamos en la Casa Blanca pues empezaron a desfilar más de 300 Obispos y Cardenales dando la sensación que nos encontrábamos en el Vaticano, o nos hacían recordar la elección del Sumo Pontífice. Con la presencia de la jerarquía Católica Estadounidense las voces de los uniformados cantaban con gran gozo el “gloria gloria aleluya, gloria gloria aleluya, Jesús es el Señor,” uniéndose así miles de voces al cántico religioso.


Al ingresar el Presidente Bush acompañado con su esposa, hubo un gran silencio. Exactamente a las 10 y 30 de la mañana comenzó la ceremonia con las palabras de bienvenida del Presidente George W. Bush. Se entonaron los himnos del Vaticano y de los Estados Unidos, luego 10 cañonazos asustaron a la gente donde anunciaban que América se encontraba de fiesta por la presencia del Papa Benedicto XVI.


En su inmediata intervención el Santo Padre agradeció al Presidente y a la Iglesia por la invitación. En su alocución insistió sobre la defensa de la vida, la dignidad de la persona, felicitó a los Estados Unidos por ser una democracia abierta a luchar por los derechos humanos, por ser pionero en la estabilización de los pueblos, por su sensibilidad social con los más pobres, por su libertad de expresión, por ser un pueblo muy religioso y acogedor. Igualmente pidió a los gobernantes a que tomen conciencia de una solidaridad universal, pues la democracia implica ser responsables de un mundo creado por Dios.


“Si vivimos la democracia con una libertad verdadera, viviremos en paz y en armonía con todos”, agregó el Papa, quien es admirador de la Iglesia Católica en los Estados Unidos por que es un modelo de fe y de esperanza y porque es todo lo contrario de lo que le sucede a la Iglesia en Europa con las sombras del secularismo.


Al final de la ceremonia más de 12 mil voces le cantamos el Feliz Cumpleaños en inglés y las voces de los asistentes subían de tono gritando ¡Viva la Libertad, Viva el Papa!

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