Desafortunadamente
una gran mayoría de creyentes no conocen que en la Iglesia existen carismas y
dones. Y la tristeza más grande es que el Espíritu Santo y su poder sanador y
liberador es desconocido. Hace falta y es una urgencia que nosotros fieles
sobre esta gran riqueza en la Iglesia.
Muchos Católicos
por ejemplo abandonan la Iglesia sin conocer la doctrina, la espiritualidad,
los dogmas y todos los beneficios que el Espíritu Santo nos brinda. El Cardenal
Suenens bien decía: “Conviene promover el Carisma de Sanación, aunque hay que
evitar toda acción espectacular… al leer la Escritura, uno queda sorprendido
por el lugar considerable (Una quinta parte de los evangelios) que ocupa el
ministerio de Sanación en la vida de Jesús y en la de los apóstoles. La oración
por la Sanación interior tiene su propio valor. La Renovación esta apoyando
restaurar el ministerio de Sanación en la práctica diaria de la Iglesia.”
Existen tres
tipos de enfermedades y cada una requiere una oración particular para pedir a
Dios por su sanación o curación: 1) La enfermedad corporal, originada por múltiples
causas y que requiere una oración de curación física. 2) La enfermedad del corazón,
ocasionada por una herida emocional y que precisa una oración de curación interior
y 3) la enfermedad del espíritu, debida al pecado y que Jesús sana mediante la
Fe y la conversión.
La promesa
de Jesús: en mi nombre expulsaron demonios, hablaran lenguas nuevas, impondrán las
manos sobre enfermos y se sanaran viene inmediatamente después de la orden: “Vayan
por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación (Mc 16, 15-16)
Evangelizar es instaurar la salvación integra del hombre en Cristo Jesús. Y es
lo que la RCC está participando y realizando con ardor y oración en la cultura
de Pentecostés.