Por José
Eugenio Hoyos
Cuando
creemos y confiamos en la Misericordia de Dios el 100% y activamos nuestra fe
en Cristo, entonces todo cambia, todo sana, todo se transforma, todo es
bendecido, todo es curado y todo es liberado.
Para el que
cree y tiene fe y esta con paciencia y humildad en espera, cosas maravillosas obtendrá
por la misericordia del Señor.
La fe nos
impulsa a clamar y a gritar sin miedo y con fuerza su misericordia. Dios
responde al corazón que reconoce y acepta su condición de pecador o al enfermo
agonizante; ellos en ningún momento fueron soberbios ni orgullosos, lo único que
reconocieron es que necesitaban la misericordia de Dios.
Los ciegos
reconocieron que solo Jesús podía cambiar sus vidas, que podía sanar sus ojos,
que, en su infinita misericordia, podía liberar las heridas profundas y
sangrantes de cualquier corazón adolorido; en ningún momento les ataco la duda.
Por eso te
aconsejo que aunque estés pasando por un momento difícil en tu enfermedad,
aunque las circunstancias sean desastrosas….persevera, insiste, no dudes, no
dejes de orar y pedirle a Dios por esa sanación que andas buscando.
Recordemos parte
del texto que nos dice: “Y la gente les respondió para que dejaran de gritar,
para que dejaran de pedir…para que callaran. Pero ellos gritaban y alzaban la
voz más fuerte: “Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!!!
Hay personas
o diagnósticos médicos que te quieren desilusionar o apagar tu fe, quizás algunos
te han criticado porque oras, te arrodillas ante el Santísimo, porque rezas el
Santo Rosario o porque tienes devoción a la Santísima Virgen María o porque
haces la Divina Misericordia pidiendo un favor la multitud que los callaba no podía
entender que ese era el momento más importante en la vida de estos ciegos y
ellos habían decidido no dejarlo pasar.
Jesús está
contigo porque eterna es su misericordia cuando un Católico, un Carismático confía
en la misericordia divina de Jesús todo cambia, su familia se transforma y la
Iglesia se fortalece. Con la Misericordia de Cristo se abren muchas puertas que
nos invitan a la salvación.
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