viernes, diciembre 09, 2016

Como se Prepara la Renovación Carismática en Adviento y Navidad


Por José Eugenio Hoyos


El tiempo litúrgico del Adviento nos regala 4 semanas muy importantes para prepararnos a recibir de una forma más espiritual a Cristo Jesús a ese Emmanuel Dios entre nosotros.

Dentro de la Renovación Carismática (RCC) cada Carismático se prepara con mucha seriedad y compromiso a abrir su corazón para recibir al Mesías.

De la misma manera como lo dice esta corriente de gracia nuestra misma espiritualidad lo dice: “renovación” palabra que está muy grabada en nuestro diario vivir.

Los Carismáticos estamos llamados a re-nacer, a dejar que el Espíritu Santo actué profundamente y transforme nuestras vidas y nuestras comunidades.


Creemos en Dios todopoderoso, el que siéndolo, quiso hacerse niño, que nació en un pesebre, pero que anonadándose, no perdió su poder sino que lo manifestó como “Poder de Amor.” EL amor misericordioso que todo lo vence, Jesús enterró al hombre viejo en el pesebre y en la Cruz y nos dio la unidad en la Redención.

Como nos dice San Jerónimo: “Aquel que encierra en un puño el universo, se haya aquí encerrado en un estrecho pesebre.

Nos preparamos en ayuno, nos levantamos más temprano para rezar una década del Santo Rosario, durante el día regalarse 5 minutos de silencio dejar nuestras preocupaciones y deferencias ante Jesús Sacramentado.

La paz externa y silencio interior le da oxígeno y limpia automáticamente el alma.

Los Carismáticos deben confesarse por lo menos una vez al mes. Ofrecer la Santa Eucaristía por el Papa, las vocaciones y la paz del mundo. Y sobretodo en este tiempo fomentar una tierna devoción a María, sin María no existiría Jesús. Sin María no podríamos celebrar la Navidad.

jueves, diciembre 08, 2016

Dios Ve en la Renovación Carismática los que Otros no Quieren Ver


Por José Eugenio Hoyos


En mi experiencia de más de 35 años participando y viviendo las bendiciones de la espiritualidad de la Renovación Carismática Católica puedo decir sin equivocarme que gracias a la RCC he sido un Sacerdote muy feliz y realizado pues he podido sentir mi crecimiento y acercamiento a Cristo con un fortalecimiento de dones y carismas que han enriquecido mi vida pastoral y mi predicación a nivel internacional.

Puedo asegurar también que la mirada de Dios se ha visto en la Renovación Carismática al escuchar y ver tantos milagros, sanaciones y liberaciones de igual manera podemos constatar tantas personas que han experimentado conversiones y como la Iglesia o parroquias con grupos de oración apoyados por los Sacerdotes son más fuertes y más activas.

Con los predicadores, servidores y grupos Carismáticos se comienzan a ver los frutos de la Nueva Evangelización y cada día poder vivir un Nuevo Pentecostés.


En 1 de Samuel 16, 12 nos dice: “Jesé respondió: “Queda el pequeño.” Lo trajeron, Samuel lo vio y el Señor le dijo: “Levántate, y úngelo porque es este.” Dios ve con claridad lo esencial.

Dios lo ve todo y no se equivocó al escoger a sus profetas, a sus discípulos y apóstoles y ahora te llama a ti dentro de la Renovación Carismática.

Recuerda que veo en aquel recaudador de impuestos a un apóstol. Vio a Saulo, un incansable misionero. Vio en nosotros a pesar de nuestras debilidades y miserias.

En tiempos de Jesús existían personas excluidas y marginadas los “no vistos” de la sociedad. Y Dios sigue viendo, nadie pasa desaparecido. Dios sigue mirando a aquellos que nadie ve.

miércoles, diciembre 07, 2016

Carismáticos Católicos (RCC) con el RUAH de Pentecostés


Por Kelvin Saravia

La Renovación Carismática (RCC) ha respirado por más de 50 años gracias a l oxigeno espiritual dado por el RUAH que es el Sople de Dios y la fuerza del Espíritu Santo.

En el libro del Génesis se nos explica este RUAH desde el momento de la creación. Nos dice el relato bíblico que Dios tomo humus (Tierra fértil) y nos comunicó su RUAH (viento en hebreo), es decir nos sopló.

“Ruah: Brisa. Viento. Se lo considera como el Espíritu de Yahveh y se aplica al “Soplo.” Es un don creador. Es un concepto que revela la apertura hacia la trascendencia, hacia lo divino, hacia Dios. Es la fuerza de Dios en nuestra vida.

Que interesante que raíz de la palabra espíritu es la misma de la palabra respiración.


De su aliento, de su soplo surgió la vida espiritual y desde entonces, desde ese primer momento de la humanidad, en cada ser humano hay un anhelo por ese aire. Los seres humanos, conscientes o no, estamos en una búsqueda constante por respirar del Señor.

Cada predicador Carismático, Sacerdote o laico, cada grupo y asamblea de oración necesitan respirar ese RUAH y sentir el oxígeno en nuestra labor Evangelizadora.

Cuando ores y alabes a Dios, abre tu corazón y tus pulmones para que ese Espíritu de Dios, ese aire ese Ruah que habita dentro de nosotros, se manifieste. Abre las puertas y ventanas de tu vida para que entre el Soplo del Espíritu Santo y vivas un nuevo Pentecostés.

lunes, diciembre 05, 2016

Carismáticos Herederos de Dones y Carismas


Por Kelvin Saravia


La Renovación Carismática Católica (RCC) además de ser una poderosa corriente de gracia es una gran fuerza espiritual que a través de la fe nos llena a los Carismáticos de dones y carismas.

La herencia de dones y carismas que Dios nos ha dejado, es un regalo precioso que hay tenemos los cristianos que descubrir y poner en práctica para enriquecer a nuestras comunidades y demostrarles que la misericordia y la compasión de Dios está viva y se mueve en la Iglesia y en cada grupo de oración.



A través de las Sagradas Escrituras podemos testimoniar y ver muchos casos de creyentes y de Carismáticos que creyeron y confiaron en el Evangelio de Cristo, que nunca dudaron en que Dios iba a cumplir las promesas de Pentecostés.

Cada uno de ellos recibió lo que creyó, porque Dios responde positivamente a la fe de los que creen. “Corre a clamarle a Dios, el corazón de Cristo es un Santuario reconfortante para el alma adolorida, “Dios mío clame a ti y me sanaste” (Salmo 30).

Los Carismáticos, comprometidos en los diferentes ministerios de la Iglesia, tenemos que entender que Dios siempre está con nosotros y que el Espíritu Santo es quien nos guía, protege y enriquece espiritualmente.


“Tú en cambio, quédate con lo que has aprendido y de lo que estás seguro, sabiendo de quien lo recibiste. Además desde tu niñez conoce las Sagradas Escrituras. Ellas te darán sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús”  (2 Timoteo 3:10-15).

El Espíritu Santo sigue fortaleciendo nuestra Iglesia y dándole fuerza a la Renovación Carismática