Por José
Eugenio Hoyos
En mi experiencia de más de 35 años participando y viviendo
las bendiciones de la espiritualidad de la Renovación Carismática Católica puedo
decir sin equivocarme que gracias a la RCC he sido un Sacerdote muy feliz y
realizado pues he podido sentir mi crecimiento y acercamiento a Cristo con un
fortalecimiento de dones y carismas que han enriquecido mi vida pastoral y mi predicación
a nivel internacional.
Puedo asegurar también que la mirada de Dios se ha visto en
la Renovación Carismática al escuchar y ver tantos milagros, sanaciones y
liberaciones de igual manera podemos constatar tantas personas que han
experimentado conversiones y como la Iglesia o parroquias con grupos de oración
apoyados por los Sacerdotes son más fuertes y más activas.
Con los predicadores, servidores y grupos Carismáticos se
comienzan a ver los frutos de la Nueva Evangelización y cada día poder vivir un
Nuevo Pentecostés.
En 1 de Samuel 16, 12 nos dice: “Jesé respondió: “Queda el
pequeño.” Lo trajeron, Samuel lo vio y el Señor le dijo: “Levántate, y úngelo porque
es este.” Dios ve con claridad lo esencial.
Dios lo ve todo y no se equivocó al escoger a sus profetas, a
sus discípulos y apóstoles y ahora te llama a ti dentro de la Renovación Carismática.
Recuerda que veo en aquel recaudador de impuestos a un apóstol.
Vio a Saulo, un incansable misionero. Vio en nosotros a pesar de nuestras
debilidades y miserias.
En tiempos de Jesús existían personas excluidas y marginadas
los “no vistos” de la sociedad. Y Dios sigue viendo, nadie pasa desaparecido. Dios
sigue mirando a aquellos que nadie ve.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario