Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Quien iba a creer que después de tantos años en que en muchas Iglesias Católicas se prohibía alzar las manos, aplaudir al Rey de reyes, hablar en lenguas, desarrollar los carismas, imponer manos y orar por liberación de las personas y ahora todo ha cambiado.
Y esta situación gracias a la fuerza del Espíritu Santo no podía ignorarse, pues ignorar al Espíritu Santo es ignorar al Padre e ignorar al Hijo; ósea a la Santísima Trinidad.
Ninguna ideología, ni fuerzas extrañas pueden impedir esta revolución que el Espíritu Santo esta causando en la Iglesia Católica. Pero es una revolución positiva, cuando hablo de revolución quiero decir Renovación, avivamiento y acercamiento de católicos fríos a una Iglesia ardiente con un Cristo Vivo!
Hace varios años los sacerdotes católicos tenían miedo a que nuestros feligreses se fueran a las iglesias protestantes por el gozo y a alabanza espontánea de la oración. Pero con la experiencia del tiempo vemos que ha sido todo lo contrario gracias a la Renovación Católica Carismática muchos feligreses han regresado a la Iglesia, los católicos han tomado con mas seriedad su papel protagonista dentro de la Iglesia, su compromiso es mas serio y el conocimiento de las estructuras de la Iglesia es mucho mas sólido. Los carismáticos se han convertido en el motor de la Iglesia (lectores, catequistas, coros, ujieres, Ministros Extraordinarios de la Comunión, etc.). Si un grupo de oración carismático no tiene una devoción especial a la Virgen María no es carismático. Cada grupo de oración tiene como objetivo y misión orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas, y defender a los sacerdotes.
En la Renovación Católica Carismática no se trata de orar para bajar el poder sino de predicar el poder del Espíritu Santo.
La revolución del Espíritu Santo se siente, estamos viendo con más fuerza que antes que los enfermos con la oración se sanan más rápidamente, hay liberación de alcohol y drogas, los deprimidos se recuperan, hay testimonios en todos los lugares del mundo donde se invoca el Espíritu Santo.
Nuestra tarea hoy en día es ser parte de esa gran revolución para contagiar a otros con la Cruz de Cristo y dar esperanza a los que se acercan e invocan a El Espíritu Santo. Pues en nuestra revolución estamos ¡Bendecidos, Sanados y en Victoria!
Quien iba a creer que después de tantos años en que en muchas Iglesias Católicas se prohibía alzar las manos, aplaudir al Rey de reyes, hablar en lenguas, desarrollar los carismas, imponer manos y orar por liberación de las personas y ahora todo ha cambiado.
Y esta situación gracias a la fuerza del Espíritu Santo no podía ignorarse, pues ignorar al Espíritu Santo es ignorar al Padre e ignorar al Hijo; ósea a la Santísima Trinidad.
Ninguna ideología, ni fuerzas extrañas pueden impedir esta revolución que el Espíritu Santo esta causando en la Iglesia Católica. Pero es una revolución positiva, cuando hablo de revolución quiero decir Renovación, avivamiento y acercamiento de católicos fríos a una Iglesia ardiente con un Cristo Vivo!
Hace varios años los sacerdotes católicos tenían miedo a que nuestros feligreses se fueran a las iglesias protestantes por el gozo y a alabanza espontánea de la oración. Pero con la experiencia del tiempo vemos que ha sido todo lo contrario gracias a la Renovación Católica Carismática muchos feligreses han regresado a la Iglesia, los católicos han tomado con mas seriedad su papel protagonista dentro de la Iglesia, su compromiso es mas serio y el conocimiento de las estructuras de la Iglesia es mucho mas sólido. Los carismáticos se han convertido en el motor de la Iglesia (lectores, catequistas, coros, ujieres, Ministros Extraordinarios de la Comunión, etc.). Si un grupo de oración carismático no tiene una devoción especial a la Virgen María no es carismático. Cada grupo de oración tiene como objetivo y misión orar por las vocaciones sacerdotales y religiosas, y defender a los sacerdotes.
En la Renovación Católica Carismática no se trata de orar para bajar el poder sino de predicar el poder del Espíritu Santo.
La revolución del Espíritu Santo se siente, estamos viendo con más fuerza que antes que los enfermos con la oración se sanan más rápidamente, hay liberación de alcohol y drogas, los deprimidos se recuperan, hay testimonios en todos los lugares del mundo donde se invoca el Espíritu Santo.
Nuestra tarea hoy en día es ser parte de esa gran revolución para contagiar a otros con la Cruz de Cristo y dar esperanza a los que se acercan e invocan a El Espíritu Santo. Pues en nuestra revolución estamos ¡Bendecidos, Sanados y en Victoria!