jueves, julio 03, 2008

Ingrid, bienvenida a la libertad

Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
4 de julio de 2008

Desde hace 2 semanas, cuando estuve rememorando en Cali, Colombia, el primer aniversario del asesinato o “ajusticiamiento” de mi hermano el diputado Jairo Hoyos y sus otros compañeros a manos de las FARC, ya presentíamos que algo iba a suceder en Colombia, en relación con los otros secuestrados en las selvas colombianas.

Y en estos momentos, Colombia y el mundo entero, junto con nuestras familias, nos llenamos de júbilo y de gran alegría por la eficaz e inteligente liberación de Ingrid Betancourt, de tres estadounidenses y 11 miembros de las Fuerzas Armada de Colombia. Finalmente han quedado libres.

Los rostros de los rescatados estaban llenas de gozo pues de nuevo regresaban a la vida. Qué horrible pesadilla...Y realmente estaban viviendo en un mundo de terror y horror, de zozobra y de espanto.

Los secuestrados se encontraban desde hacía 10, 7, 5 años, enterrados en la selva como animales acorralados. Ver de nuevo las imágenes de Ingrid y sus compañeros de desgracia, con sus ojos encendidos y sus palabras entrecortadas por la emoción, de saber que estaban libres, dando abrazos por doquier a familiares y amigos, era algo conmovedor; hasta el más fuerte lloraba de emoción.

Los que pudimos ver las imágenes por televisión nos dimos cuenta de que estábamos contemplando un evento histórico y desgarrador pues, según explicó el ministro de Defensa de Colombia, el doctor Juan Manuel Santos, ésta fue la OPERACIÓN JAQUE, pero también fue “El Mate” para quitarle fuerzas a las FARC.

Según mi familia en Colombia, todo el país se paralizó. Desde las 2 de la tarde ya nadie quiso trabajar más, sino seguir las noticias por radio y televisión.

Algo que me llamó la atención fueron las palabras de Ingrid pues se veía serena, feliz, emocionada, un poco cansada, pero firme en sus expresiones y comentarios, especialmente cuando pidió al gobierno que no desmaye, que siga trabajando para conseguir la pronta liberación de los otros secuestrados que continúan en cautiverio.

De alguna forma felicito al Presidente Uribe y lo animo para que continúe con el diálogo con los países amigos.

Ojalá Colombia no olvide que a través de la democracia los colombianos han elegido un presidente y no a las FARC.

Cientos de imágenes regresaron a mi memoria al ver la alegría y el éxito de esta misión de rescate. Es lógico que entiendo que el secuestro ha tocado personalmente a mi familia y mi vida. Por un momento quería ver bajar de ese avión de la libertad no sólo a Ingrid Betancourt y a los demás rescatados sino también a mi hermano y a los otros diputados, para igualmente darles un abrazo y un beso de bienvenida. Sentarme con él por muchas horas para que nos hubiese contado tantas historias y anécdotas que ahora desafortunadamente ya están enterradas en el cementerio del olvido.

Pero de nuevo hay que aplaudir el trabajo del gobierno de Uribe y, como dicen los colombianos, es “un berraco”, un valiente. Nos alegramos profundamente del éxito de la liberación y ojalá continuemos celebrando el rescate de los que esperan ser liberados pronto. Pues llegó la hora de que Colombia, antes de celebrar la independencia, empiece a gozar de la verdadera Paz. Bienvenida a casa, Ingrid y sus compañeros. ¡Que viva la Paz y la Libertad!

Foto: Ingrid Betancourt y su madre Yolanda Pulecio, El País

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Rodrigo dice:

GLORIA A DIOS !!! por liberación de Ingrid.

Hace un tiempo atrás un hermano me invitó a orar por la pronta liberación de Ingrid, pensé que era algo dificil, pero tuve fe en un Dios todopoderoso.

Al saber la noticia supe que la mano invisible de Dios lo hizo posible y sin un disparo !!!

Me dio gusto ver como Ingrid le daba las gracias a Dios.

Gracias Señor Jesús por escuchar nuestras oraciones.

Anónimo dijo...

Boomerang dice:

¡Bendito sea Dios!
Que regocijo sentí ayer cuando oí la noticia en la radio del coche al salir del trabajo.
Me alegro muchisimo por Colombia y por la comunidad mundial que tambien ha estado preocupada y pendiente de la situación de Betancourt y los demas rehenes.
Comparto la alegria de todos y solamente lamento que esto no fué posible para los otros diputados asesinados.
¡Adelante Colombia! Hay luz en el horizonte, quizas de ahora en adelante las cosas empezaran a cambiar.
Bendiciones,
Juan Martinez y esposa.