Por el Padre JOSÉ E. HOYOS | Para el Catholic Herald
Cada viernes en el transcurso del tiempo litúrgico de la Cuaresma, millones de católicos en el mundo celebran el santo viacrucis o las conocidas estaciones de la cruz.
Para los fieles hispanos en nuestra Diócesis de Arlington, esta es una devoción muy especial ya que en familia seguimos con mucha fe cada estación de la cruz siendo ofrecida por nuestras necesidades, enfermedades, problemas o en acción de gracias por favores recibidos.
En
cada viacrucis vivimos la muerte, la pasión y resurrección de Cristo.
Únicamente
en la cruz encontramos respuestas a profundos interrogantes de nuestra fe.
El
viacrucis significa “camino de la cruz” al rezarlo rezamos con amor y
agradecimiento lo mucho que Cristo sufrió por salvarnos del pecado durante su
pasión y muerte.
Dicho
camino se presenta mediante 15 imágenes de la pasión que se llaman estaciones.
Ya
dentro de pocos días estaremos preparando para comenzar la semana mayor de la
iglesia o como todos la conocemos nuestra esperada Semana Santa.-
Después
de la entrada de Jesús a Jerusalén, ahora estamos viviendo con profundidad y en
oración la institución de la santa eucaristía, el viernes santo, el sábado de
la pascua y el domingo de la resurrección.
Para
los católicos la semana mayor en nuestra área metropolitana está llena de
maravillosas tradiciones que nos acercan más a nuestros países de origen.
La
Semana Santa no es el recuerdo de un hecho histórico que ya pasó; todo lo
contrario es la demostración de la entrega total llena de amor del salvador del
mundo. La cruz de Jesús sigue teniendo actualidad en nuestras vidas, porque el
recorrido continúa como un eterno vía crucis en medio de este mundo marcado por
la diferencia social, la falta de solidaridad, la ausencia de Dios en nuestras
familias, la perdida de los valores morales y el respeto de los derechos humanos.
Jesús
vino a dar respuestas a cada cruz que llevamos a cuestas, para ello nos dio
muestras de fortaleza, no se quedó en la mitad del camino y unió nuestros
corazones con su propia cruz. Para superar esas cruces Jesús nos deja la
herencia del amor, la comprensión, el perdón y la solidaridad.
Nuestro Señor Jesucristo a pesar de que caigamos muchas veces en el pecado, siempre nos redime y nos da la oportunidad de comenzar de nuevo cuantas veces sea necesario.
Cristo en esta Cuaresma y al prepararnos a la semana santa está esperándonos a todos los con los brazos abiertos.
Si quiere leer otras columnas y enterarse de noticias de interés para la Comunidad Hispana de Arlington, vaya a la página En Español del Catholic Herald (bit.ly/HeraldEnEspanol) o léalo en los periódicos disponibles en los vestíbulos de su parroquia.
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