Por el Padre José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
20 de agosto de 2009
Nuestra Diócesis de Arlington ha celebrado por todo lo alto 35 años de fundación. Este ha sido un gran evento religioso e histórico, pues no podemos olvidar que todo comenzó cuando la Diócesis de Arlington se formó al desligarse de la Diócesis de Richmond cuando oficialmente el 13 de agosto de 1974, el obispo Thomas Jerome Welsh, tomó posición como el primer obispo.
El segundo obispo John R. Keating ordenado como obispo de Arlington el 4 de agosto de 1983 sirvió hasta su muerte ocurrida en Roma el 22 de marzo de 1998. Nuestro tercer y actual obispo es Monseñor Paul S. Loverde, anterior obispo de la Diocesis de Ogdensburg, Nueva York y quien tomó el cargo oficialmente el 25 de marzo de 1999.
Con la invocación del patrón de la Diócesis de Arlington, San Tomás Moro y Santa Elizabeth Seton, el obispo Paul S. Loverde dio la bienvenida a todos los asistentes, en especial al Nuncio Pietro Sambi, representante de Benedicto XVI a los Estados Unidos. El Cardenal Emérito de Washington Theodore McCarrick, Cardenal William Keeler de la Arquidiócesis de Baltimore; Arzobispo de la Arquidiócesis de Washington Donald W. Wuerl; Obispo Martin D. Holley obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Washington; Obispo Barry Knestou, Obispo Denis J. Madden, Obispo Timothy P. Broglio y otros invitados especiales.
En la homilía, el Obispo Loverde explicó como la Diócesis desde su fundación ha ido creciendo, los frutos que ha producido y la riqueza tan importante que los grupos multiculturales han aportado a la Diócesis de Arlington. Las palabras del Cardenal Theodore McCarrick fueron muy breves y sencillas pero motivaron al numeroso público asistente para que fuera emotivamente aplaudido. Nos llamó la atención las Oraciones de los Fieles que fueron dadas en diferentes idiomas y cada participante llevaba un traje típico de su país. El coro dirigido por Rick Gibala de la Catedral de Santo Tomás Moro fue acompañado por una numerosa comitiva representando a las diferentes parroquias de la diócesis.
En realidad la Diócesis de Arlington ha dejado una gran huella positiva en cada lugar y en cada Católico. Son muchas las obras de caridad, obras sociales, nuevos colegios y proyectos que están ayudando a solucionar los problemas que han traído la crisis económica y la crisis de valores en nuestra sociedad. El obispo Loverde ha sido un gran pastor, un trabajador de la Iglesia siempre en constante actividad por la Iglesia, como dicen muchas familias hispanas. Estamos muy orgullosos y felices de tener un gran obispo, con un Santo Carisma y un luchador por los más necesitados. Felicidades en estos 35 años que han sido signos de esperanza y un acercamiento a un Cristo vivo.
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