jueves, mayo 23, 2013

Espíritu sanador -Miles festejaron Pentecostés con una Misa de sanación multitudinaria.

 Maria-Pia Negro | Catholic Herald
Los feligreses  oran y cantan con fervor durante la fiesta anual de Pentecostés celebrado por los grupos Carismáticos de Oración y el Apostolado Hispano.

Vestidos de rojo festivo, cerca de 2,500 feligreses de grupos carismáticos de la diócesis llenaron la Iglesia de San Antonio de Padua en Falls Church el viernes 17 de mayo para pedir sanación y recibir los dones del Espíritu Santo.
“Fue una bendición poder participar en esta Misa tan llena de gente y tan ferviente. Yo sentía que el Señor seguramente concedería grandes gracias”, expresó el Padre Stephen McGraw, el administrador parroquial de San Antonio. “Fue una noche inolvidable”.
Para muchos, como María de González, esta Misa “fue como la puerta para dejar la tristeza y entrar a la alegría del Espíritu Santo”.

En su homilía, el Padre José E. Hoyos, director del Apostolado Hispano, expresó la importancia celebrar el “cumpleaños de la iglesia”.
Él dijo también que, como los apóstoles cuando recibieron al Paráclito, los fieles presentes pronto iban a dejar el miedo atrás. Esto animó a la gente a abrirse con la comunidad.
Alba Pabón, parroquiana de la Iglesia Cristo Redentor en Sterling, quien es una paciente de Cáncer en al seno, dió su testimonio de fé y ofreció su enfermedad a Dios.
La celebración fue oficiada por seis sacerdotes, incluyendo a Monseñor Martín Avalos, un predicador muy conocido de la Diócesis de Santa Ana en El Salvador.
Monseñor Avalos condujo la Adoración Eucarística después de la Comunión, mientras el ministerio de alabanza Salvadoreño, Dei Verbum, acompañaba con música. “Te damos gracias por alabarte. Estamos delante de Jesús vivo, el médico de médicos, el Señor de señores. Gracias Jesús”, entonaba el Padre Avalos.
Al final de la Misa, antes del momento de la sanación, los fieles que estaban sentados frente al altar cedieron su lugar para que las personas que habían estado de pie a lo largo de la Misa pudieran sentarse.
Durante el paso del Santísimo, muchos estiraron las manos para rozar la Eucaristía y así sanarse. Mucha gente también ponía las fotografías de algún ser querido para que Dios lo curase.
“Aquí en la fiesta de Pentecostés se cumple la promesa. Alrededor de la iglesia, Jesús va a estar presente. Jesús te va a hablar. La eucaristía tiene poder”, dijo el Padre Hoyos. “Ponte de rodillas hermano y ofrécele tu enfermedad”.
Jesús Villanueva, presidente de la Renovación Carismática y feligrés de la Parroquia Cristo Redentor, dijo que Jesús se hizo presente en la Misa.
“Jesús (Eucaristía) se fue paseando en medio del pueblo, sanando y fortaleciendo y dando a todos aquellos hermanos que necesitan sanación para el alma y sanación física”, expresó Villanueva.
Rosa Estela Mazariegos Valdez, de la Parroquia de Corpus Cristi de Chambersburg, Pa., manejó tres horas con sus hermanas y cuñado para ir a la Misa de sanación.
“Necesitamos llenarnos de Su palabra y de Su amor y por eso nos venimos a la Santa Misa de tan lejos”, expresó. “Cuando pasó el Santísimo Sacramento, sentimos ese fuego, el Espíritu Santo, en nuestra vida”. 

 Su hermana comentó que varios hermanos de la renovación carismática de parroquias de lejanas como en Trenton New Jersey, se unieron a la Misa para sentir el fuego del Espíritu Santo.
Esta celebración del Espíritu Santo fue patrocinada y apoyada por el consejo de la renovación carismática de la diócesis y asistida por los grupos de oración de la renovación en casi todas las parroquias.
“Estamos muy contentos y felices porque se derramó el Espíritu Santo esta noche”, expresó Elvira Centeno, miembro de la renovación.

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