Definitivamente en este mundo la mayoría de personas no se dan cuenta del valor de su existencia de la misión que Dios les tiene; el mundo pasa tan rápido a su alrededor que ni siquiera se dan cuenta. Hay otro grupo de personas que no se valorán ni se quieren como son, pues tienen o le dan poco valor a sus vidas. Son como flores marchitas en un bello y esplendoroso jardín.
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Mientras hacia la votación el maestro notó que una estudiante permanecía aún callada y no había entregado su lista, así que le preguntó si tenía problemas para hacer su elección. La jovén respondió tímidamente: “Si, un poco, no puedo decidirme con tantas maravillas”…."Bueno," el maestro dijo. “Bueno, dinos lo que has escrito y tal vez podamos ayudarte.” La joven titubeo: “Creo que las Siete Maravillas son: poder tocar, poder saborear, poder ver, poder escuchar.” Titubeando un poco continuo: “poder sentir, poder reír y poder amar.”
Al terminar de leerlas la clase quedó en silencio absoluto, y es que es muy sencillo poder ver muchas de las hazañas del hombre y referirnos a ellas como maravillas, cuando a veces pasan despercibidas las maravillas que Dios hizo por nosotros y que son sencillamente comunes.
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