Cada
Eucaristía tiene un poder sanador y liberador pues en la Santa Misa se
encuentra vivo Jesús. Hemos estado participando y promoviendo las Misas de Sanación,
misas por los enfermos, Eucaristía de la salud donde miles de feligreses tienen
la oportunidad de invocar con fuerza al Espíritu Santo. Vivir el evangelio,
multiplicar la fe, gozarse de las alabanzas y escuchar los testimonios de conversión.
De
la misma manera en cada Misa de Sanación todos los creyentes utilizan el “Buzón
Carismático” para dejar allí todas las peticiones de sus seres queridos que están
sufriendo de cáncer, tiroides, tumores, alergias, próstata, colon, migrañas, presión
alta, ceguera, parálisis, diabetes, riñones, artritis, sida y otro tipo de
enfermedades terminales.
Es el
mismo Dios que siempre recoge en el cielo estas peticiones realizadas en oración
y fe. Cristo tiene mil maneras de responder a esos ruegos que brotan de los que
piden en cada Misa de Sanación. Si en algún momento nos diese miedo que Dios
nos encontrase donde estamos, seria porque estamos en mal sitio o en el lugar
equivocado.
Además
no debemos tener miedo de encontrarnos con Dios pues él ya tiene nuestra dirección
y nuestro remitente. Entonces en lugar de querer cambiar de domicilio, me
alegrará que me encuentre donde me espera. Solo Jesús sana pero quiere valerse
de nuestra colaboración son muchas señales,
prodigios, respuestas que acompañaran a las personas llenas del Espíritu Santo.
La oración constante y perseverante van
calmando los dolores hasta sanar la enfermedad. Dios actúa de infinidad de
maneras. Cada parroquia mensualmente debe promover las Misas de Sanación, los
seminarios de Vida en el Espíritu y apoyar los grupos de oración pues en ellos está
la línea directa para llegar al Buzón del Cielo.
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