Por Rev. José Eugenio Hoyos.
La Renovación Carismática Católica a nivel mundial nunca dejara de recibir multitud de Bendiciones, Sanaciones, Liberaciones, Conversiones pues cada Oración que se realice y salga de los labios de un creyente lleno de Fe se convertirá instantáneamente en bendición y esa bendición en una sanación que se multiplicará Setenta veces siete.
Dios quiere que de generación en generación cada Bendición y cada Sanación sea compartida para comunicarle al mundo agonizante en la Fe que Cristo está vivo y que el tiempo de Milagros continua con más fuerza.
En cada momento de nuestras vidas, necesitamos ser Bendecidos y sentirnos amados por Dios.
La intención de Dios es que en nuestras familias el poder de la Oración, el Rezo del Santo Rosario, la frecuencia hacia los Sacramentos sirvan como muros de protección contra todo lo negativo y lo que pueda hacer daño y sean una fuente de Bendición para cada persona.
Al encontrar nuestra identidad en Jesús, recibimos las mismas Bendiciones que recibió de su mismo Padre en su paso por la tierra. Dios nos Bendice mucho más de lo que nosotros pedimos.
En mis libros de Sanación “Bendecidos, Sanados y en Victoria” y Sanados Setenta veces siete” cada lector puede encontrar de que estamos Bendecidos, primeramente al permanecer a la gran familia de Dios, todo lo que recibimos es un regalo de nuestro señor Jesucristo que como Padre Espiritual nos regala multitud de Bendiciones, porque nos ama, “Encendidos” por la fuerza del Espíritu Santo que enciende nuestros corazones de gozo y enciende a todo momento la llama de nuestra Fe y “en Victoria” porque todo lo bueno y que nos hace victorioso viene de Cristo.
Y Sanados Setenta Veces Siete porque Cristo es un padre Misericordioso y bueno, que siempre esta Sanando y Liberándonos de enfermedades y dolencias.
Solo Cristo nos pide Creer, Creer y Creer. ¡Amen!
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