Por José Eugenio Hoyos
“No se dejen
engañar por las novedades y las doctrinas extrañas a la fe. La gracia de Dios
es un buen medio para fortalecer la vida interior; no cuenten con otros
alimentos de los que nadie saco provecho” (Palabra de Dios)
Que importante
el mensaje que nos da la carta a los hebreos capítulo 13 versículos del 8 al 9.
Es cierto pareciera que en este mundo y en nuestras vidas muchas cosas
cambiaran, la tecnología cambia, la literatura cambia, la ciencia cambia, el
clima cambia, los productos cambian, el hombre y la mujer tienen cambios físicos.
Ya unos no son tan jóvenes, antes eran flacos ahora barrigones, con arrugas y
sin pelo. Lo físico y la belleza cambia, las leyes cambian la educación cambia,
los gobiernos y sistemas cambian. Pero Jesucristo permanece, los maestros van y
vienen. Pero Jesucristo permanece. Considera al Cristo que no cambia en relación
con el mundo cambiante con que vivimos.
De hecho, la
palabra más característica de este mundo transitorio es “cambio” Muchos políticos
aquí en Estados Unidos como en nuestros países de Latino América habla del
cambio. Voten por mí que soy el cambio. Pero no se dan cuenta que el único que
puede cambiar nuestras vidas, el sistema, el pecado, la injusticia se llama
Cristo.
Él te puede
cambiar hasta el diagnóstico más cruel y doloroso de tu vida. Lo que la
medicina no puede cambiar un cáncer o una metástasis Jesucristo con su poder
ilimitado lo puede hacer.
Él tiene la
potestad de parar las tormentas, los tsunamis, las tempestades y de solucionar
cualquier problema. Jesús tiene el soplo del Espíritu Santo, y el Espíritu
Santo viene con fuerza transformadora para darnos vida en la Renovación Carismática
y los Carismáticos estamos llamados a llevar la esperanza y renovar la fe a los
creyentes
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