lunes, diciembre 15, 2008

Compartimos una sonrisa con los abuelitos

Por el Rev. José Eugenio Hoyos

El fin de semana pasado estuvimos bastante ocupados acompañando a las personas de la tercera edad o como cariñosamente le llamamos “nuestros abuelitos(as) de la edad dorada” con el programa solidario Navideño “Canitas Doradas”. Fue en realidad un bello compartir, un entrelace de sentimientos y una gran obra en este tiempo tan especial cuando nos estamos preparando para recibir el nacimiento del Salvador del Mundo.



Más de 40 ancianitos se dieron cita a este sencillo pero emotivo agasajo Navideño. Unos llegaron con bastones, sillas de ruedas, de la mano de sus seres queridos y otros valientemente tomaron un taxi para no perderse los cantos Navideños, la rifas, los postres, la comida y los regalitos. Lo importante era que se sintieran en familia y que en torno al Belén pudieran expresar sus deseos y ante el Niño Jesús con un beso y entre sus brazos recordar y pedir por sus seres queridos.



El pensador Heinrich Bőll decía: “en los rostros de aquellos que conocimos de jóvenes reconocemos los viejos que nos hemos vuelto” y Charles Chaplin decía: “a medida que un hombre entra en años, quiere vivir profundamente. Un sentimiento de triste dignidad invade su alma y esto es fatal para un cómico”.



No hay motivo alguno para ignorar o despreciar al anciano, menos olvidarlo, todo lo contrario, la ancianidad es la etapa más alta de la existencia, pues la persona tiene sabiduría de la vida. Debemos aprovechar estas Navidades y enseñar a los niños y a los jóvenes que de las personas ancianas podemos aprender y valorar a los seres humanos. A todos los que participamos en este evento nos fue muy agradable el poder hacer reír a un abuelito(a). Que Dios les continúe dando salud y muchos años pues ellos son la mejor universidad de los tiempos.

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