Por Rev. Jose Eugenio Hoyos.
Ha llegado el momento tan esperado para darles un homenaje
especial a todos los papás del mundo. Para los que siguen vivos y los que se
encuentran en el taller de Cristo en la vida eterna.
Hoy al mirar las fotografías en el álbum familiar, veo con
gran nostalgia la foto de mi padre que ya no está, hace varios días que emprendió
el viaje eterno de la mano de Dios. Pero quedó plasmado para siempre su
recuerdo en una preciosa fotografía.
Así es, un buen Papá nunca muere, porque sus verdaderas
fotografías que son sus hijos, están hechos de los mismos ingredientes que él,
están confeccionados a su medida, ya sea para bien o para mal.
Cada Papá va experimentando una serie de cambios positivos en
su proceso de ser padre, motivado por la constancia de la esposa, el
crecimiento de los hijos y los golpes de la vida.
Tan extraordinaria puede resultar la transformación de tu
padre cuando ha abierto su corazón a un cambio positivo, que a lo profundo de
su ser podría sorprendernos su conducta:
Un Papá que en su juventud se dedicó a la calle, desea hijos
que valoren la casa, el hogar y a su
pareja.
Un Papá que sufrió los embates de una prisión, procura la
libertad para su familia.
Un Papá que inducido por los falsos amigos, realizó negocios
turbios, procura que los suyos crezcan con honestidad y transparencia.
Un Papá que maltrató a su esposa cuando aún vivía en el
orgullo y el egoísmo lucha por la armonía y el respeto.
Un Papá que no sentía la necesidad de cultivar el Espíritu y veía la Fe y la Oración como un
estorbo, comienza a Orar con intensidad, a desarrollar gestos de solidaridad, a
participar más en la Iglesia y a sentir a Dios más profundamente en su vida.
Así como el escultor con cincel modela y da la forma a su
obra de arte, de igual manera la experiencia de la vida va imprimiendo en cada
Papá.
Las características esenciales de un padre soñado y esperado
“Hijo eres, padre serás”. “Lo que hicieres te lo harán”. “Joven eres, viejo
serás”. “Como tratas te trataran”.
¡Felicidades a todos los Papás del mundo!
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