martes, junio 11, 2013

Padre Hoyos en el 14 Congreso Carismático en Oregón.

Por Fidel Hurtado Zapata.
El 14 Congreso Carismático se realizó con gran entusiasmo, derramamiento de Bendiciones, grandes enseñanzas y un variado número de testimonios en la pintoresca ciudad de Hillsboro en el estado de Oregón.
Desde el viernes a tempranas horas de la tarde, en el gimnasio de la Iglesia de San Mateo se dio comienzo a este gran  encuentro con un pegajoso ritmo de Alabanzas, con una activa y participativa Misa de Sanación; oficiada por el predicador principal Padre Jose Eugenio Hoyos Director de la Renovación Católica Carismática de la Diócesis de Arlington, Virginia.
El Padre Jose Eugenio Hoyos en la apertura de este gran congreso Carismático, pidió a los asistentes a continuar en este año de la Fe, preparándonos en la doctrina de nuestra Iglesia Católica, ser asiduos en la Oración, vivir los Sacramentos y llevar el evangelio a todas las personas que aún no han tenido un encuentro personal con Cristo, ni han vivido su Pentecostés diario.
La Renovación Carismática es un gran tesoro de nuestra Iglesia Católica que hay que defender y mostrar su valor a otros creyentes que desafortunadamente han malinterpretado este movimiento tan lleno de carismas y dones.
Millones de personas Carismáticas con su ejemplo, su fe y su activa participación en la Iglesia están atrayendo a otros a dejar una vida vacía, con muchas carencias y acercarse al cambio verdadero buscando más a Dios.
El justo por la Fe vivirá… seréis revestidos del Espíritu Santo y la promesa de Cristo es para ustedes y para vuestros hijos y para todos los que estén  lejos de casa.
Fueron varios los temas de reflexión del Congreso, pero para recibir Sanación, Bendición y Unción de lo alto; debemos comprender la promesa del padre. Nos toca arrepentirnos de nuestros pecados, obedecer, creer, confiar, aumentar la Fe, perseverar en la Oración y entregarnos totalmente al Espíritu Santo. El Espíritu Santo va a cambiar y transformar nuestras vidas completamente y ya no tendremos un corazón de piedra, sino un Corazón Espiritual.
Fuero tres maravillosos días de reflexión, mucha unidad en el espíritu y se vivió una verdadera hermandad de hermanos(as) en Cristo.
En Oregón todo un pueblo quedó Bendecido, Encendido, Sanado y en Victoria; y Sanados Setenta veces siete.

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