Por Fidel Hurtado Zapata.
El 14 Congreso Carismático se realizó con gran entusiasmo,
derramamiento de Bendiciones, grandes enseñanzas y un variado número de
testimonios en la pintoresca ciudad de Hillsboro en el estado de Oregón.
Desde el viernes a tempranas horas de la tarde, en el gimnasio
de la Iglesia de San Mateo se dio comienzo a este gran encuentro con un pegajoso ritmo de Alabanzas, con
una activa y participativa Misa de Sanación; oficiada por el predicador
principal Padre Jose Eugenio Hoyos Director de la Renovación Católica Carismática
de la Diócesis de Arlington, Virginia.
El Padre Jose Eugenio Hoyos en la apertura de este gran
congreso Carismático, pidió a los asistentes a continuar en este año de la Fe, preparándonos
en la doctrina de nuestra Iglesia Católica, ser asiduos en la Oración, vivir
los Sacramentos y llevar el evangelio a todas las personas que aún no han
tenido un encuentro personal con Cristo, ni han vivido su Pentecostés diario.
La Renovación Carismática es un gran tesoro de nuestra
Iglesia Católica que hay que defender y mostrar su valor a otros creyentes que
desafortunadamente han malinterpretado este movimiento tan lleno de carismas y
dones.
Millones de personas Carismáticas con su ejemplo, su fe y su
activa participación en la Iglesia están atrayendo a otros a dejar una vida vacía,
con muchas carencias y acercarse al cambio verdadero buscando más a Dios.
El justo por la Fe vivirá… seréis revestidos del Espíritu
Santo y la promesa de Cristo es para ustedes y para vuestros hijos y para todos
los que estén lejos de casa.
Fueron varios los temas de reflexión del Congreso, pero para
recibir Sanación, Bendición y Unción de lo alto; debemos comprender la promesa
del padre. Nos toca arrepentirnos de nuestros pecados, obedecer, creer,
confiar, aumentar la Fe, perseverar en la Oración y entregarnos totalmente al Espíritu
Santo. El Espíritu Santo va a cambiar y transformar nuestras vidas
completamente y ya no tendremos un corazón de piedra, sino un Corazón
Espiritual.
Fuero tres maravillosos días de reflexión, mucha unidad en el
espíritu y se vivió una verdadera hermandad de hermanos(as) en Cristo.
En Oregón todo un pueblo quedó Bendecido, Encendido, Sanado y
en Victoria; y Sanados Setenta veces siete.
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