Es el mismo Cristo quien nos ha estado iluminando el camino para llegar a la verdadera Pascua y para que eso sucediera todos los católicos nos hemos estado preparando en Oración, Ayuno, Penitencia y obras de Misericordia.
Antes de recibir la tan esperada Pascua hemos de experimentar y vivir en Fe la semana mayor o semana Santa son días donde las mismas Sagradas Escrituras y la misma liturgia nos hacen vivir con intensidad la Pascua, la muerte y la resurrección de nuestro único salvador Cristo Jesús.
Nuestra comunidad latinoamericana por
ejemplo vive un viacrucis o estaciones de la cruz en vivo, cada Parroquia se
esmera con anticipación para organizar y
vivir cada segmento bíblico y cada paso del dolor y del sufrimiento de Cristo.
Nuestros feligreses en carne
propia ofrecen sus propios sufrimientos
y el sacrificio de Cristo en la cruz.
Es una lástima que muchos católicos
hoy en día no participan seriamente en la vigilia pascual, pues la consideran
muy larga y cuando todo lo contrario esta es una ceremonia enriquecedora en la Fe
que contiene muchos pasajes bíblicos, símbolo y sobre todo es impresionante
sentir y vivir la liturgia de la luz.
El participar en una iglesia que al
comienzo esta en oscuridad y que poco a poco se va iluminando con cientos de
lucecitas es algo emocionante y sobre todo al escuchar la proclamación cantada.
Aquí se canta de nuevo el Aleluya para anunciar el Evangelio de la resurrección.
Este es un gran momento para preguntarnos: ¿Cristo ha resucitado? ¿Y tú qué? Me
imagino que así se sintieron los primeros discípulos; solos, confundidos
después de la compañía diaria de su amigo y maestro Jesús.
En la resurrección de Cristo Jesús,
encontramos la verdadera respuesta de la esperanza cristiana: Jesús vive y
ahora vuelve a caminar entre nosotros.
San Pablo nos dice: “Si Cristo no
hubiera resucitado, vana seria nuestra Fe” (1 Cor. 15,14). Con la resurrección
de Cristo se venció la muerte y el pecado y nosotros resucitaremos en la vida
eterna.Ahora no olvidemos que el tiempo pascual comprende 50 días; es el más fuerte de todo el año, se inaugura en la vigilia pascual y se celebra durante siete semanas hasta Pentecostés.
Que después de participar en nuestros días santos, llenos de alegría nuestros corazones y la luz de Cristo brille en cada familia hasta que nos invada la fuerza del espíritu santo. En el tan esperado Pentecostés.
Vive la semana mayor con Fe y Oración para que el domingo de resurrección sea una gran fiesta.
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