En una de las escuelas de formación para
los servidores en los Ministerios de Intercesión, Sanación y Liberación el
Padre José Eugenio Hoyos asesor de la Renovación Católica Carismática en la Diócesis
de Arlington pidió a los cientos de Carismáticos reunidos en el centro de formación
pastoral tener en cuenta las siguientes normas:
1.-Aprender, conocer y estudia sobre
nuestra identidad Carismática, sobre todo nuestra espiritualidad y siempre sentirnos
bendecidos y escogidos por Dios dentro de este gran movimiento de gracia y de acción
evangelizadora.
2.-Estar continuamente sumergidos en
el amor divino, ansiando en todo momento la santidad, el cambio de vida: “Sean
santos como mi padre es santo” (Mateo 5,48; 1 Pedro 1,15). Si el señor me lo pide, significa que es
posible vivirlo, con su gracia tenemos que creerle.
3.-Cuidar de caer en la hipocresía,
pues es el divorcio entre la fe y la vida, si caemos en ella nuestra salud
espiritual estará deteriorada y frágil. Nuestro orgullo no nos dejara ni abrir los
ojos, ni el corazón.4.-Ser Carismático es ser un servidor ejemplar dispuesto a colaborar en todo momento como sea y donde sea, ser discípulo de Jesús se nota porque se está al servicio de todos. Nuestra mente sabe que debemos llevar en nuestra vida las palabras de Jesús: “El que quiere ser el primero debe hacerse de ultimo de todos y el servidor de todos” (Mc 9, 30-37).
El servicio es amor y el amor se expresa en el servicio. Podemos fingir ser servidores para recibir un aplauso o para encumbrarnos sobre otros y esto no es bueno en un servidor carismático.
5.-Todo lo que envenena el alma
debemos evitarlo, lecturas malsanas, pornografía, películas contrarias a la Fe,
bebidas alcohólicas, palabras mal intencionadas.
El Carismático debe aprovechar el
tiempo siendo ejemplo de Oración, en la familia, en el trabajo.
Su misión es ser testimonio vivo y sin miedo de
proclamar que pertenece a la renovación Carismática para que con su ejemplo de
vida pueda atraer más almas a Cristo.
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