jueves, septiembre 01, 2011

El huracán y el terremoto nos trajeron más oración


Por el Rev. José Eugenio Hoyos

El área metropolitana de Washington vivió una semana de mucho temor, miedos y expectativas con emociones no esperadas a raíz del terremoto y temblores que sentimos por varios días y que hicieron correr y pensar de nuevo en el único Señor y protector de nuestras vidas: Cristo Jesús.

Y con el anuncio del huracán Irene con mayor razón nos obligó a quedarnos en casa, en familia y en espera de que algo terrible sucedería.

Todos estos fenómenos naturales lógico que asustan, dan un miedo horrible porque no sabemos que nos puede suceder. Pero detrás de todo este pavor siempre viene algo bueno y positivo, nuestra gente cuando experimenta el pánico se apega y regresa más a Dios.

En cada acontecimiento como el que vivimos, en el cielo se tiene que sentir más el clamor de un pueblo que pide protección y se siente con más fuerza la oración. Éstas son las realidades de nuestra gente, es allí donde se ora, se pide y se promete más.

Para nosotros los que creemos en que la oración tienen poder, hay que pedirle a San Pedro más huracanes y terremotos inofensivos para que la gente ore más y vaya más a la Iglesia, se confiese más y pase más tiempo en el hogar con la familia. Vivimos en un mundo donde abundan luchas, tensiones e inseguridades. Se generan situaciones que no podemos controlar y por las que nos sentimos superados. Un proverbio chino dice: el árbol quiere la paz, pero el viento no se la concede.

Es fundamental que observes como estás encarando, desde tu interioridad, estos inconvenientes cotidianos, o los grandes problemas que aparecen en algunos momentos de la vida. Dios nos ofrece una gran paz después de la tormenta que puede permanecer, incluso, en medio de los conflictos aunque los vientos de la adversidad soplen furiosamente. Podemos descansar en paz, porque no estamos solos. A Dios le interesa lo que tú estás viviendo y mucho. Él está enterado de lo que tu estas padeciendo, y tú debes dirigir a Él su pensamiento para conservar la calma. No apartes de Él tu mirada. Recuerda: Dios es todopoderoso, por lo cual, Él es mayor que cualquier dificultad que pueda presentarse en tu vida. Cada día piensa en positivo, con Dios todo se puede!

1 comentario:

MEJJORDIACE dijo...

NUESTRA VIDA DIARIA ESTA DINAMIZADA CON TODA CLASE DE HURACANES Y TERREMOTOS, PERO LO MAS IMPORTANTE ES COMO DESPUES DEL PANICO QUEDA LA ORACION Y LA NECESIDAD DE ACERCARNOS MAS A DIOS...TAL VEZ ESTOS MOMENTOS SON PRUEBAS QUE NUESTRO SEÑOR COLOCA PARA MEDIR LA FE Y LA DEVOCION DE SU IGLESIA...ACERQUEMONOS MAS A DIOS...PERDONEMOS...ARREPINTAMONOS DE NUESTROS PECADOS...LIBEREMONOS DE ATADURAS...Y DISFRUTEMOS...