Por José
Eugenio Hoyos
El miércoles de ceniza escuchábamos las expresiones: “Convertir”
“Convertíos y creed en el Evangelio” e inmediatamente nos dábamos cuenta de que
nuestra mente abría de par en par las puertas espirituales para anunciarnos de
que comenzaba la Cuaresma.
Que importante como el calendario litúrgico nos recuerda este
tiempo tan especial ya que la mayoría de los creyentes Católicos somos
autosuficientes y por las ocupaciones diarias nos olvidamos de Dios y de
nuestros compromisos con la Iglesia.
Es un extraordinario recordatorio para que vivamos plenamente
los misterios de nuestra redención, ministerios que tienen como plataforma la pasión,
muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
La Cuaresma es un llamado importante a la conversión, que
marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua.
La Cuaresma es un tiempo esencial para que en familia y en
comunidad renovemos nuestros compromisos con Jesucristo Salvador y dador de
vida.
Como Católicos comprometidos, es el mismo Jesucristo que nos
invita a cambiar de actitud a cambiar ese estilo carnavalesco que hasta hoy
hemos vivido. Cada celebración en Cuaresma, cada viacrucis, cada Santo Rosario,
estudio bíblico, lectura de la vida de los santos, el ayuno, las obras de
caridad y de misericordia y sobre todo la penitencia son caminos que nos
acercan cada día mas a Jesucristo.
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