jueves, junio 26, 2008

¿Has pensado como respondería Dios al Padre Nuestro?


Por el Padre José E. Hoyos
Arlington Catholic Herald
26 de junio de 2008

En mi reciente retiro en Queens, Nueva York, uno de los participantes me entregó la reflexión del Padre Nuestro de una forma aplicada a nuestro diario vivir. Increíblemente el Padre Nuestro es una de las oraciones más ricas y significantes dejadas por nuestro Señor Jesucristo a la humanidad.

El Padre Nuestro es una oración viva que da luz a nuestra vida espiritual, cada palabra, cada frase es para vivirla y practicarla. El Padre Nuestro hay que tomarlo en serio, es nuestro gran compromiso de amor del Padre y amor al prójimo. Igual pudiéramos decir de las Bienaventuranzas, de las parábolas, etc. Sería interesante que reflexionáramos sobre este bello análisis escrito por Pepe Alonso del programa "Nuestra Fe en Vivo" de la EWTN:

No digas "Padre",
si cada día no te portas como su hijo.

No digas "Nuestro",
si vives aislado en tu egoísmo.

No digas "Que estás en el cielo",
si solo piensas en las cosas mundanas.

No digas "Santificado sea tu Nombre",
si no lo honras con tus palabras y tus obras.

No digas "Venga a nosotros tu Reino",
si no vives y llevas la Buena Nueva.

No digas "Hágase tu voluntad",
si no la aceptas cuando es dolorosa.

No digas "Danos hoy nuestro pan",
si no te preocupas por la gente con hambre,
sin cultura y sin vivienda.

No digas "Perdona nuestras ofensas",
si guardas rencor a tu hermano.

No digas "No nos dejes caer en la tentación",
si coqueteas con ellas.

No digas "Líbranos del mal",
si no tomas partido contra el maligno.

No digas "Amén"
Si no has entendido ni tomas en serio las palabras del "Padre Nuestro".

A esta oración dirigida a cada uno de nosotros en este mismo instante Jesús responderá:

Hijo mío, que estás en la Tierra, preocupado, confundido, desorientado, solitario, triste, y angustiado. Yo conozco perfectamente tu nombre, y lo pronuncio bendiciéndolo, porque te amo. Juntos construiremos mi Reino, del que tú vas a ser mi heredero, y en eso no estarás solo porque yo habito en ti.

Deseo que siempre hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que tú seas feliz. Tendrás el pan para hoy. No te preocupes, sólo te pido que siempre lo compartas con tu prójimo, con tus hermanos. Siempre perdono todas tus ofensas, antes incluso de que las cometas, pues sé que las cometerás. Sólo te pido que, de igual manera, perdones tú a los que te ofenden.

Deseo que nunca caigas en la tentación. Y toma fuerte mi mano, aférrate siempre a mí, y yo te libraré del mal. Nunca olvides que te amo desde el comienzo de tus días, y que te amaré hasta el fin de ellos.

¡Porque soy tu Padre! Que mi bendición quede contigo, y que mi paz y amor eternos te cubran siempre. Sólo de mí podrás obtenerlos, y sólo Yo puedo darlos porque

¡Yo soy el amor y la paz!

2 comentarios:

Rodrigo dijo...

Es curioso que Jesús despues de habernos advertido de no orar con letanias interminables (mateo 6 v7), les enseñara el Padre Nuestro a los discípulos.

Quizas la gente que no conoce a Dios piensa que de esa manera se comunica con su creador.

Pongase en el lugar de Dios y piense que su hijo cada vez que se dirige a usted le recita siempre lo mismo. Aunque Dios ya sabe lo que usted necesita quiere haya una comunicación con el, en ambas direcciones.

Pedro dijo...

¿Has pensado como responderia dios si viese en que se ha convertido la iglesia, y todo lo que se ha hecho en su nombre?