Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
19 de junio de 2009
Este fin de semana estaremos en diferentes partes del mundo celebrando la fiesta del Día del Padre. En el libro del Eclesiástico 3, 1-18, aparece la más hermosa promesa de Dios de cara a Papá: “Hijos, escúchenme a mi, que soy su Padre; hagan lo que les digo, y así se salvaran… el Señor quiere que el padre sea respetado por sus hijos….” El que honra a su padre expía sus pecados y el que respeta a su madre es como quien acumula un tesoro. Nadie nos podrá convencer de que los pasajeros millones de Bill Gates valen lo que valen los recuerdos de haber tenido o de tener un Papá. Sea machista, borrachón, parrandero o jugador, Papá es Papá.
San Pablo se admiraba entonces, y hoy me admiro con el, de que Dios al dar los Diez Mandamientos a Moisés, al único que le prometió un premio especial fue al cuarto; el de honrar a Padre y Madre. Es que nadie cumple gratis dicho mandamiento, pues las bendiciones y las dichas que Él Creador concede a cambio no pueden medirse ni compararse. El mismo Jesucristo nos dejó un ejemplo extraordinario, en lo que concierne a su trato con su Padre adoptivo, José, y con su Madre María. Dedicó tres horas para pagar nuestros pecados, tres años para enseñarnos su doctrina y cumplir sus deberes de hijo.
Digan lo que digan de un Papá, su paternidad produce el más noble de los sentimientos. La palabra Papá hace respirar paz, protección, seguridad, respeto, autoridad con amor. ¿Puedes imaginar como sería el mundo sin los Papás? Sería una locura. Ellos son importantes para nuestro desarrollo, son nuestros guías y son el reflejo de Cristo. Un buen Papá nunca muere, porque sus fotografías, que son sus hijos, están hechos de los mismos ingredientes que el, están confeccionados a su medida, ya sea para bien o para mal.
Un Papá que en su juventud se dedicó a la calle, desea hijos que valoren la casa, el hogar y a su pareja. Un Papá que sufrió los embates de una prisión, procura la libertad para su familia. Un Papá que maltrató a su esposa cuando aun vivía en el orgullo y el egoísmo, lucha por la armonía y el respeto. Gracias, Señor, por nuestros padres, bendícelos y protégelos. ¡Feliz Día del Padre!
1 comentario:
Este es un escrito muy idealista Padre Hoyos. Estoy de acuerdo de que siempre hay que respetar al papá no importa que, pero se de casos en que realmente el padre no merece este respeto aunque aun asi hay que darselo. Yo he tenido y tengo un buen y responsable papá pero él no tubo esta suerte. Se de algunos casos en que lo único que se ha dignado hacer el papá, es procrear y después adios y buena suerte.
En otros aunque no ha avandonado a la familia, se ha limitado simplemente a cumplir en lo minimo necesario y a mi que no me molesten por que tengo mi vida personal por disfrutar.
No todos los padres biologicos son papás. El respero lo merecen todos, pero la tarjeta y la corbata del dia del padre…solo para los que de verdad estan ahi para su hijos y tratan lo mejor posible de ser papás.
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