lunes, julio 27, 2009

El germen de querer a Colombia

por Lilliana Vélez De Restrepo- Mónica Quintero- Natalia Estefanía Botero
ElColombiano.com
20 de julio de 2009

Estos tres personajes tienen algo en común: están enamorados de este país. Dos son nacionales y uno más es colombiano por adopción.

Sin embargo, los tres pasan más tiempo por fuera de Colombia que dentro de sus límites. Quizá por eso la sienten aún más, la disfrutan más, y sufren en la distancia cuando algo no marcha bien por estos lados.

Extrañan a su gente, la comida, la música, pero cada que tienen la oportunidad o por simple costumbre, hablan bien de Colombia.

El primer personaje es una dama [Gloria Caro], que maquilla y peina a las celebridades hispanas de Miami. El padre Hoyos es un colombiano que deja huella en Washington y el tercero es un salsero [Maelo Ruiz], que le agradece eternamente a los colombianos haberlo recibido con los brazos abiertos...

José Eugenio Hoyos: El carismático padre del Hi5

El padre José Eugenio Hoyos es un sacerdote a quien su ferviente actividad, por más de 20 años entre las comunidades de hispanos en Washington, no le ha impedido que su corazón siga palpitando por Colombia.

Con más de 23 mil votos, fue elegido como uno de los 10 colombianos que dejan huella en el exterior en la convocatoria que hizo el Ministerio de Relaciones Exteriores y el programa Colombia es Pasión, y que se premia hoy, durante la celebración del 20 de julio, en Washington.

Además de su persistente labor para presentar a Colombia, ante propios y extraños, como un país de esperanza y seguro, y de su interés por rehabilitar pandilleros, drogadictos, o encontrar un órgano para quien necesita con urgencia un trasplante, el padre Hoyos no teme arremangarse su camisa para acompañar a más de 500 mil inmigrantes a una multitudinaria manifestación frente al capitolio de la capital norteamericana para pedir una reforma migratoria.

Carismático y muy conectado, pues se comunica con sus seguidores a través de Facebook, Hi 5 y un blog, el padre Hoyos extraña el "folclor y el calor de su gente", y si vamos al detalle, no olvida un buen sancocho de Ginebra, Valle, o los tamales; una subida a Monserrate o la música colombiana, de la que el vallenato resulta ser el género que más le gusta.

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