lunes, agosto 03, 2009

De Perú a San Antonio de Padua

Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Arlington Catholic Herald
30 de julio de 2009

Continuando con nuestra celebración del Año Internacional del Sacerdocio y destacando a los sacerdotes de origen hispano que trabajan en nuestra Diócesis de Arlington queremos destacar en esta oportunidad al Reverendo Padre Alcides Jorge Acho Osco. Alcides Jorge Acho Osco nació en Jesús María el 10 de febrero de 1969 en Lima, Perú. En su familia fueron 9 hermanos, él es el cuarto y primer varón. Hizo estudios primarios y secundarios en el Colegio Miguel Grau en la provincia de Apurimac (palabra Quechua: “El Dios que habla”).



“No se por donde empezar”, dice Padre Acho, “de repente por mis padres que al emigrar de la sierra a la costa tuvieron que pasar muchas dificultades. Soy de familia numerosa, el cuarto de los hermanos y el primer barón. Nací en el distrito de Jesús María en la capital de Lima, Perú, el 10 de febrero de 1969. No puedo dejar de mencionar a mis padres de profunda fe religiosa a la que le debo el 50% de mi vocación y las otras tantas a Dios que me ha llamado a vivir esta experiencia maravillosa de servirle y a la que me he opuesto muchas veces, a pesar que era monaguillo desde los 6 años de edad, nunca quise ser sacerdote: ‘qué ¿Yo, sacerdote? ¡No nunca! ¡Ni hablar!’ Pero el Señor, cuando te toca y llama no suelta. Más adelante me di cuenta y tuve que dejar de ilusionarme con los estudios universitarios que quería emprender.

“Desde muy niño a los 6 años era monaguillo y creo que sigo siendo porque a diario tengo que aprender muchas cosas. Mi familia era de misa dominical todos, desde mi padre hasta el noveno hermano a misa muy temprano. En realidad se veía gracioso como un rebaño de ovejas, tan temprano teníamos que ir todos a Misa, 5:30 am. De mi madre tengo el lindo recuerdo que cada noche venía a mi cama a rezar junto conmigo las tres ‘Ave Marías’ de la pureza, y me enseñaba para que más adelante las haga con mis hermanos menores.

“En plena adolescencia entendí que mi camino era otra cosa, y después de un retiro de 33 jóvenes, me invitaron a mi para ir al seminario menor “San Francisco de Asís” y más tarde al terminar mis estudios secundarios, ya pude pasar al Seminario Mayor “Nuestra Señora de Cocharcas” y un día 30 de abril de 1995, fiesta del Buen Pastor de aquél entonces recibí el regalo más grande de manos del obispo Mons. Isidro Sala Rivera, la Ordenación Sacerdotal.

“El Señor me ha bendecido mucho durante estos 14 años, por que cuanto menos le pedía para mí, Él más me daba. No le puedo pedir más por que ya lo tengo todo al estar con Él. Los primeros años de mi sacerdocio las pasé en los Andes del Perú profundo y ahora me tiene aquí donde quiere que haga su voluntad y con la ayuda de Dios y de cada uno de ustedes en este Año del Sacerdocio podré seguir diciendo 'Sí' al Señor. La vida como sacerdote es maravillosa. Gracias por sus oraciones en este año que rezarán por todos los sacerdotes.”

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