Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Washington Hispanic
25 de diciembre de 2009
Hoy, mañana o cuando leas este artículo vas a tomar unos minutos y vas a pensar sobre lo que significa la Navidad para ti. Pregúntate: ¿La Navidad en tu vida es triste, o en realidad la Navidad es tiempo de alegría y de compartir? Navidad se convierte en navidad cuanto tomamos conciencia de los demás, de la situación social en que vivimos, del sufrimiento y dolor del hermano.
Pero si queremos traer de verdad el espíritu de Navidad, hagamos algo positivo por los demás, sin anuncia que lo hicimos sino de forma secreta, y nos sentiremos con una gran paz y alegría interior.
Para que esto suceda les invito a practicar las siguientes ideas: si estás haciendo fila en el McDonalds, en Starbucks o en algún lugar de comida rápida, en forma discreta págale a la persona que viene atrás de ti sus alimentos. Si ves en un restaurante a una madre con sus pequeños hijos llama al mesero y págales la cuenta de forma secreta. Si en tu vecindario hay un anciano o un vecino con las hojas o nieve acumulada límpiasela sin esperar que te den las gracias. Hazlo con todo el gusto.
Si ves una persona ciega o invalidad con bolsas en sus manos tratando de cruzar una gran avenida, con mucho respeto ayúdale a que llegue a su destino. Si conoces que hay una familia desempleada y con problemas para pagar la renta, a la hora más indicada déjale un mercado al frente de su puerta, o una pequeña donación monetaria. Si al estar a tu Iglesia ves un árbol de Navidad con los deseos de algunas fundaciones benéficas Católicas, toma un papel y deja bajo el árbol el regalo pues algún niño o anciano en un orfanato u hospital lo recibirá y te aseguro le sacaras una gran sonrisa.
De esta forma con un abrazo, una palabra amable, una oración esta navidad será especial y con más sentido.
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