Por el Rev. José Eugenio Hoyos
Antes de cualquier acontecimiento importante en nuestras vidas, como por ejemplo, al tomar una decisión, al recibir un diagnostico medico, al comenzar un nuevo trabajo, en una crisis económica o una depresión es fundamental tomar unos minutos en silencio e invocar el nombre de Cristo, cubrirnos con sus llagas y pedirle al Espíritu Santo que guíe nuestras acciones para tomar las decisiones correctas. Y caminar siguiendo las directrices del buen maestro.
Pues Jesús nunca nos dejara solos ni abandonados. Habrá ondas de esperanzas que nos protegerán. Fe es saber esperar y tener paciencia en Cristo Jesús. El hombre actual, ha pasado parte de su vida con sus manos construyendo rostros, tejiendo sueños, grandes y pequeñas cruces: es su más grande pasión; por tanto, quiere traducir su impresión, su admiración, buscando un rostro más amable y una cruz menos injusta, pero no puede, pues el hombre de hoy vive atormentado y oprimido por las pasiones terrenales. En este momento sobre todo al empezar un nuevo día, hay que romper esas cadenas que nos tienen presos en los pecados y dejarnos que Cristo con su amor y compasión nos libere.
Y a pesar de nuestra indiferencia, nuestro orgullo y soberbia Jesús continua amándonos y nos dice: “eres tu quien no me sientes, pues yo te conozco desde antes de que nacieras; desde mucho antes te conocía. Sabía que por ti moriría. Vamos, rema hacia mí; ven, toma la barca; ven, acércate, yo seré tu descanso, cargare tu yugo. Ven, detente… Mírame, yo tomo tu cruz para que la cargues y la lleves con ternura. Imagínate el cielo, el cielo puedo decirte como es. Es una montaña blanca, muy blanca, en forma de circulo, pero con un circulo infinito”.
Es necesario, entonces dejar salir la luz que hay en cada uno de nosotros; cuando no lo permitimos, sufrimos, lloramos, nos duele el alma, porque no damos espacio a la plenitud de nuestra propia vida. Esa luz es Dios en nosotros.
Cuando Dios perdona, no lo hace para sanarle él, sino para sanarnos a nosotros del pecado y devolvernos su amistad. Cristo dijo: “si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que esta en el cielo también los perdonara a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el padre los perdonara a ustedes” (Mt 6, 14).
Recuerda no importa cual sea tu problema al final del túnel Cristo te estará esperando con un gran abrazo. ¡Animo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario