Por Fidel Hurtado-Zapata
Como un verdadero adelanto al año internacional de la Fe se puede calificar sin equivocación a la VII Misión de Fe y Sanación celebrada este 22 y 23 de Septiembre en las amplias instalaciones del “Poppy Pavillion” de Lancaster y organizado extraordinariamente por el grupo de Oración Jesús Nazareno de la Parroquia Santa María en Palmdale California.
Por la asistencia masiva, la calidad de la organización, el ambiente Espiritual y el impacto de los predicadores en esta ocasión el Padre Darío Betancourt residente en New York y el Padre Jose Eugenio Hoyos de Arlington Virginia. Con gran trayectoria y experiencia internacional ya no podíamos hablar más de una Misión sino de un gran congreso de Sanación y Fe.
Dos días de profundas y fuertes Predicaciones, dos colombianos unidos en la Predicación, liberación y Sanación dieron un ambiente propicio para que los testimonios de Sanación se fueran dando a cada instante. Algunos asistentes hasta se atrevieron a calificar al Pare Hoyos y al Padre Betancourt cono la Dinamita Carismática que puso a mover al público y a decretarle la guerra al enemigo.
Pudimos experimentar grandes fuerzas sanadoras en cada Predica y ni que hablar de la Hora Santa, en el recorrido del Santísimo hubo mucho orden al paso de Jesús Sacramentado un grupo de servidores llevaban los signos de los que nos habla el libro del Apocalipsis: Los 7 truenos, 7 Iglesias, 7 Candelabros, 7 estrellas, 7 cabezas, 7 Espíritus de Dios, 7 sillas, 7 ojos, 7 Ángeles, 7 trompetas, 7 ultimas plagas, 7 bandejas de oro, 7 montañas, 7 reyes.
Parte de la Oración estuvo a cargo del padre Darío Betancourt y el paseo con el Santísimo por el Padre Hoyos. No podemos negar que pudimos ver y testimoniar grandes Sanaciones, muchos casos de depresiones, infertilidad, llagas, alergias, problemas de cáncer, dolores de espalda, artritis, migrañas etc.
Comprobamos que al Orar por Sanación para una persona no se le señala a Dios, ni el cuándo, ni el como, algunos se sanan sorprendentemente, progresivamente y otros al momento.
Necesitamos no emocionalismo sino una Fe profunda y sin vacilación.
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