Insisto una vez más de que toda persona que sea parte de la Renovación Católica Carismática tiene que estar en formación Pastoral y Espiritual y ser perseverante en la Oración.
La Renovación debe renovarse. Es triste encontrar personas o coordinadores que llevan 30 0 40 años dirigiendo la Renovación Carismática y no le dan la oportunidad a otros hermanos para tomar el liderazgo y enriquecer los grupos de oración con nuevas ideas o proyectos.
Maria Magdalena les anuncia a los Discípulos
de Jesús: “He visto Al Señor y ha dicho
esto...” (Juan 20,18).
El Carismático tiene que ser testigo
de Cristo Resucitado, tiene que ser tocado por Dios. Y no podemos hablar con
Dios sin hablar de Dios. Así mientras más experiencia de Dios tenemos, más
podemos ser testigos de su amor, su sanación y de sus maravillosos milagros.
El Carismático que necesita la Iglesia debe ser un Evangelizador y una persona llena
de Dios; Tiene que ser alguien que ha tenido experiencias fuertes de Dios que
mantiene viva su conversión y que sigue teniéndolas a lo largo y ancho de su
vida.
El Carismático al estilo de Jesús es
un apasionado por Dios y por su Evangelio, debe irradiar asombro y su
fascinación delante de la maravillosa acción salvadora de Dios en el mundo.
El Carismático tiene que dejarse tocar o seducir por Dios. Tiene que tener experiencias del Dios tres veces santo “Como” la tuvo el profeta Isaías (Is 6) somos testigos del amor sanador y liberador de Cristo.
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