lunes, septiembre 21, 2015

La RCC evangelizando con el poder del Espíritu Santo

Por Padre José Eugenio Hoyos



Todos los bautizados tenemos la obligación de traer almas a los pies de Cristo y esto será posible gracias a una evangelización eficaz para aquellos que todavía no han tenido un encuentro personal con Jesús.

La Renovación Carismática como una corriente de gracias debe luchar por una formación sólida y constante fundamentada en una doctrina clara en la Iglesia Católica. Cada servidor debe ser una personas asidua en los sacramentos y bien alimentado en las sagradas escrituras. De la misma manera vivir y orar cada día para que en su vida y grupo de oración haya un derramamiento de dones y carismas.



El profeta Ezequiel nos relata como Dios nos habla: “les daré un corazón nuevo y pondrá dentro de ustedes un espíritu nuevo. Les quitaré del cuerpo el corazón de piedra y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes para que vivan según más mandatos y respeten mis órdenes. Habitaran en la tierra que yo di a sus padres. Ustedes eran para mí un pueblo y a mí me tendrán por su Dios” (Ezequiel 36, 26-30).

Los encuentros más profundos entre Dios y un carismático se dan en esta vida terrena en la oración y a nivel de corazón profundo.


El Espíritu Santo y el mismo Cristo permanecen constantemente en nosotros. Viven en la punta aguda e nuestra alma. El Espíritu de Cristo actúa en nosotros, pero quiere nuestra participación activa para que le demos fuerza, ardor y pasión a la nueva cultura de Pentecostés. 

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