Por José
Eugenio Hoyos
La Renovación Carismática Católica (RCC) es una corriente de
gracia que arrastra a la comunidad orante, a los grupos de oración multitud de
bendiciones, sanaciones, liberaciones e impresionantes conversiones y unciones.
“Soy poderoso para hacer en ti mucho más de lo que tú te
imaginas” (Efesios 3, 20).
En la Renovación Carismática se vive una espiritualidad rica
en signos y hechos que demuestran que Cristo siempre está en actividad salvífica.
Por eso antes y después de una enfermedad, debe ser un ferviente convencido de
que Dios estará como Padre responsable en los momentos de salud y de dolor.
Jesús viene a ofrecer a la humanidad su respaldo
misericordioso y divino.
Los Carismáticos Católicos comprometidos en los diferentes
ministerios de la Iglesia, tenemos que entender que Dios siempre está con
nosotros y mientras permanezcamos con Dios y nuestros corazones encendidos con
el fuego del Espíritu Santo, no debemos tener miedo ni dudar un instante de su
infinito amor.
Para entender que Dios estará siempre con nosotros y entre
nosotros, las Sagradas Escrituras nos dan varios indicadores por los cuales nos
podemos defender del enemigo, que quiere por todos lados ponernos en contra de
Dios, haciéndonos dudar y alejándonos de la Sanación o de una liberación.
“Tú en cambio quédate con lo que has aprendido y de lo que estás
seguro, sabiendo de quien lo recibiste, además desde tu niñez conoces las
Sagradas Escrituras. Ellas te darán sabiduría que lleva a la salvación mediante
la fe en Cristo Jesús” (2 Timoteo 3, 10-15).
Vivamos la Renovación Carismática como un regalo de Dios.
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